Xi Jinping anunció una mayor apertura económica
El presidente chino Xi Jinping anunció ayer una mayor apertura económica de su país y mejores condiciones para las inversiones extranjeras, lo que se interpreta como una respuesta indirecta a los reproches de su par estadounidense Donald Trump.
En el Foro de Boao para Asia, conferencia conocida como el “Davos chino”, Xi anunció que este año bajará “significativamente” los aranceles a las importaciones de automóviles, que en la actualidad son de un 25%. China no busca el superávit comercial, sino que quiere aumentar las importaciones”.
Su tono pacífico y aperturista repercutió positivamente en las bolsas mundiales. Desde hace días los mercados financieros mostraban preocupación ante la posible guerra comercial de las superpotencia, un temor que se vio atenuado por las palabras del mandatario chino.
Según prometió Xi, este año bajará “significativamente” los aranceles a las importaciones de automóviles, que en la actualidad son de un 25%. China no busca el superávit comercial, sino que quiere aumentar las importaciones, dijo.
También adelantó que el sector financiero continuará abriéndose y se flexibilizarán las barreras para la participación de empresas extranjeras en la industria automotriz.
El presidente no habló de forma directa sobre el conflicto comercial con Estados Unidos, sino de forma general sobre la importancia de evitar el proteccionismo. “Las puertas de la política de apertura china no se cerrarán, sino que seguirán abriéndose. La apertura lleva al desarrollo, el aislamiento hace que uno retroceda”, aseguró en un dardo apuntado hacia el corazón de la política internacional que desarrolla Trump.
Recalcó que “la mentalidad de la Guerra Fría está ahora más fuera de lugar que nunca” y que “solo el desarrollo pacífico puede dar resultados beneficiosos para todos”. “Apertura o aislamiento, progreso o retroceso, la Humanidad tiene una gran decisión que tomar”, planteó ante una audiencia que contaba con la presencia de Christine Lagarde, directora gerente del FMI, y de Antonio Guterres, secretario general de la ONU. “La globalización económica es una tendencia irreversible del momento”, sentenció para justificar la estrategia comercial.
Además, señaló que de aquí a junio el gobierno chino culminará la revisión de la lista negra de sectores en los que se prohíbe o limita la entrada de empresas extranjeras, y que se eliminarán las restricciones al capital foráneo en algunos segmentos para facilitar la asignación de recursos. Todo ello servirá para crear un “ambiente atractivo para la inversión” exterior, reiteró Xi varias veces en Boao.
Otro punto conflictivo que tocó Xi fue el de la propiedad intelectual. Trump viene acusando a Beijing de prácticas comerciales desleales, especialmente del “robo de propiedad intelectual” y de la “transferencia forzada de tecnología”.
En este sentido, Xi destacó que China reforzará la protección de los derechos de propiedad intelectual tanto de empresas nacionales como internacionales, y que “cumplirá con las reglas del comercio internacional, aumentará la transparencia y fomentará la competencia del mercado”, oponiéndose al monopolio.
Si bien el tono aperturista del presidente chino fue muy marcado, hay cierto escepticismo entre las firmas extranjeras. Tres cuartas partes de las empresas estadounidenses se sienten en la actualidad menos bienvenidas que antes en China. Esta sensación aumenta también entre las europeas, que denuncian discriminación, proteccionismo, inseguridad jurídica y robo de tecnología.
En cambio hubo muy buena recepción en el mercado financiero. Las principales bolsas europeas cerraron en alza por el tono tranquilizador de Xi. Londres cerró un 1%, Fráncfort un 1,2, Madrid 0,21, París 0,84% y Milán 0,52%. También en Nueva York se sintió el efecto, ya que Wall Street subió casi 2%.
La “batalla” comercial entre EE.UU. y China se desató a principios del mes pasado, cuando Trump anunció un 25% de aranceles sobre importaciones chinas por valor de 50.000 millones de dólares. China respondió con medidas que afectan a bienes estadounidenses por el mismo valor. Hasta que las medidas entren en vigor, ambas partes tienen dos meses para evitar una guerra comercial mediante negociaciones.
La noticia en Clarín
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