China presentó ayer un ambicioso plan de reestructuración de su organigrama de gobierno, que verá crear nuevos ministerios, fusionarse otras entidades, ahonda el liderazgo del Partido Comunista en todos los aspectos, prevé también la fusión de las agencias supervisoras del sector bancario y del asegurador y el establecimiento de un nuevo Ministerio de Medio Ambiente y la disolución de ocho entidades. El proyecto, que debe ser aprobado en estas horas por la Asamblea Nacional Popular (ANP), representa una tercera parte de la reestructuración, anticipando la reingeniería a las entidades gestionadas por el partido, que absorberá entidades que hasta ahora dependían del Estado.

La noticia en La Nación