La mayor fiesta de Buenos Aires para recibir al Año del Perro
En el enorme escenario de una plaza de Belgrano, mujeres de belleza etérea llegadas del otro lado del mundo danzaban envueltas en cintas de colores que flotaban a su alrededor. Estaba por cerrar la fiesta que daría comienzo al Año del Perro en el calendario tradicional chino. Frente al escenario se extendía en medialuna un enorme sector VIP y más allá disfrutaba en la oscuridad una multitud, concentrada adelante, desgranándose en el fondo en todo el campo, rodeado de puestos de comida y de regalos, y de stands culturales.
Minutos después un estampido de fuegos artificiales llenaría el lugar de luces de colores, mientras los dragones y los perros-leones danzaban frente al escenario, como durante todo el día habían estado recorriendo el cielo de la fiesta.
La celebración del Año Nuevo Chino en Buenos Aires, las antípodas absolutas del Asia Oriental, ha ido creciendo visiblemente desde que empezó, hace no más de doce años, en el Barrio Chino de Belgrano, luego pasó a las Barrancas cercanas, ganó el apoyo logístico del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, fue secundado por la Embajada de la República Popular China y se mudó a la plazas Parques Nacionales.
Ya convertida en la fiesta pública más convocante de la ciudad (entre el sábado 10 y el domingo 11 más de 200 mil personas llegaron al predio) y en la fiesta del Año Nuevo Chino más popular entre los países de América Latina, este año recibió a una suculenta misión de artistas de la provincia de Zhejiang, que vinieron a complementar los números de artistas locales que hasta ahora había tenido el festejo.
La organización corrió por cuenta de Phoenix Dorada International Media Company, que tuvo el apoyo de la Embajada de la República Popular China, la Subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, la Dirección de Colectividades de la Ciudad y la Colectividad China en Argentina.
El actor Nacho Huang, acompañado por la productora de moda Lyla Peng, la maestra de té Ángel Chung y otras caras visibles de la segunda generación de la populosa comunidad china en Argentina, condujeron las largas jornadas de más de seis horas cada día sobre el escenario. El cineasta Juan Martín Hsu, de la misma camada, tuvo a cargo la dirección de cámaras para las pantallas gigantes que enmarcaron el escenario. La apertura fue animada por Carlitos Lin, que lanzó la fiesta como voz oficial de la Embajada de China.
El público asistió a una ceremonia de bendición de la fiesta por parte de monjes del Templo budista Fo Guang Shan y luego hubo danzas de la escuelita Esperanza, del Centro de Vitalidad Mulan, impecables bajo la dirección de Rocío Nocelli; tango de integración china Argentina con parejas mixtas, una compañía de baile Pop de jóvenes llenos de energía y una fusión mágica de tai chi con tango creada por Miguel Ángel Lorenzo y su pareja.
Un desfile de trajes tradicionales irradió colores y aires de muchos siglos, de la misma manera que lo hicieron diferentes orquestas instrumentales que ejecutaron ancestrales tonadas en conciertos de piano y violín y de instrumentos tradicionales.
Cantando se lucieron Haien Qiu, una especie de diosa patagónica y china, y Mei Ying, médica, que ha formado un coro y a quienes los argentinos también conocen por un documental sobre la inmigración china realizado por el canal educativo Encuentro.
Bettina Resk y Miguel Vicente volvieron a encantar al público con las canciones chinas que se les volvieron carne en los diez años que pasaron en Shanghai. Sofía y Li Zhong Bo cantaron a dúo, la cantante y bailarina pop Cantante pop Argentina Niní Fernández Lisazo desarrolló un show electrizante y entre las revelaciones, volvió a levantar al público el músico predilecto de la comunidad china, Along.
Antes de la apertura del evento, el primer espectáculo fue el del Centro de Cultura Shaolin Quan Fa Guan Argentina, con más de 30 artistas marciales en escena, que fascinaron con un impacto de energía y calidad. También habrían de actuar profesores y alumnos de la escuela de Chen Min. Por una vez en años, la maestra Chen no pudo estar en el escenario: viajó a China a presentar a su bebe a la familia, una costrumbre irrenunciable de los chinos.
El maestro Liu Min habría de concentrarse en un acto de caligrafía que maravilló al público con arte y filosofía al trazar signos que deseaban para todos “albergar en el corazón el compartir de la Naturaleza”.
Laura Riera, Ronnie Keegan y el propio Juan Martín Hsu presentaron sus proyectos cinematográficos, relacionados con China y la colectividad china en Argentina, y Gustavo Ng, codirector periodístico de Dang Dai y autor de varios libros sobre China, habló desde el escenario sobre el Horóscopo en el Año del Perro 2018 que oficialmente arranca mañana.
Luego, brillaron los artistas de Zhejiang, con trajes rutilantes, devolviendo algunos de los números de aquellos acróbatas chinos que hace veinte años hacían estallar el Luna Park, y ejecutando danzas como si hubieran llegado volando desde las antípodas del planeta.
PUBLICAR COMENTARIOS