Medios de prensa de diferentes han comenzado el año informando que la estación espacial china Tiangong-1, fuera de control desde marzo de 2016 y con un peso de 8,5 toneladas, ingresará en la atmósfera terrestre el marzo. En septiembre de 2016 los medios de China habían anunciado la caída para fines de 2017, aunque en estos días no publican noticias al respecto. La previsión de la caída en marzo corresponde al Center for Orbital and Reentry Debris Studies (CORDS).

– Actualidad Aeroespacial sostiene que “los científicos que estudian la evolución incontrolada del laboratorio espacial chino calculan que su caída en la Tierra podría producirse en un área entre los 43º Norte y los 43º Sur. La mayor parte de esa área está cubierta por el océano, pero aún hay una probabilidad del 10%  de que los escombros aterricen en un área poblada”.

En las últimas horas la noticia comenzó a tomar un cariz alarmante, desde que CORDS  ha prevenido que “potencialmente, a bordo del laboratorio espacial puede haber una sustancia altamente tóxica y corrosiva llamada hidracina, que podría sobrevivir al reingreso a la atmósfera” y advierte de que, por razones de seguridad, no se  toque ningún residuo que pueda encontrarse en el suelo ni inhalar los vapores que éste pudiera emitir”.