El Papa y Beijing, más cerca tras gira por Asia
Con entrevistas al politólogo Aníbal Torres y a los historiadores Pablo Baisotti y Néstor Restivo, Leticia Pogoriles escribe en Télam sobre el reciente viaje del Papa Francisco a Myanmar y Bangladesh, que “tuvo como telón de fondo el restablecimiento de las relaciones, rotas desde 1951, entre el Vaticano y China, dos estados con un mutuo interés político internacional, pero con escollos -Taiwán y la nominación de obispos- que se están limando con la llamada “diplomacia de los sentidos”.
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El entramado que une y separa ambos estados es largo y complejo, y el diálogo actual pendula entre el pragmatismo, la buena voluntad, la necesidad mutua y la fuerza de disuasión. Hay buenas perspectivas, coinciden historiadores y politólogos.
En el final de la visita papal a dos países en el primer círculo de interés chino, hubo guiños de los medios de comunicación oficiales en Bejing que hablaron de “cálido abrazo”, un viaje “altamente sensible” y un “Papa por la paz”. Nada es casual en la prensa china; cuando se pone el foco, detrás hay un estado que ya observó.
Las relaciones entre ambos Estados se rompieron cuando Mao Tsé Tung expulsó del país al Nuncio y a sus misioneros; recién con el pontificado de inauguraron una exposición de obras de arte con doble sede, tanto en el Vaticano como en Beijing.
La elección de Francisco y la asunción de Xi Jinping fue casi en la misma fecha y los vínculos comenzaron a mejorar. En 2014, Xi permitió el paso del avión papal por el espacio aéreo chino hacia Corea. En 2015, el Papa saludó a un delegación china por una consulta sobre una encíclica sobre el Cambio Climático, un tema que desvela al gigante.
“El Papa tiene como ambición que en su papado se restablezca la relación con China, es casi su principal meta de política exterior y el Vaticano está en la brújula de Xi, hay un interés mutuo”, dijo Néstor Restivo, historiador y codirector de la revista especializada en China y Argentina, Dang Dai.
Restivo, también coautor del libro “Todo lo que necesitas saber sobre China”, resaltó en declaraciones a Télam que estos intercambios actuales, como las obras de arte, “antes eran impensables” y que, en pocos años, “no sería extraño un reestablecimiento”.
“A China -dijo el historiador- le sirve por su estrategia de abrirse al mundo y al Papa por la idea de incorporar más creyentes a su propia practica religiosa”.
Incluso, el peso jesuita de Francisco existe e intensifica el acercamiento. La Compañía de Jesús se estableció en China en el XVI, fueron parte de la Corte e incluso traductores de las principales obras filosóficas.
“China fue evangelizada por Matteo Ricci. En los 80 el gobierno chino emitió un sello postal con su rostro y esa presencia histórica está en documentos en la archivos y en la biblioteca del Vaticano”, contó a Télam el politólogo Aníbal Torres, que estudia el esquema de gobernanza de Francisco.
Aunque es un tema en ciernes, “parte de la recomposición es, efectivamente, el intercambio de documentos y el pedido del Vaticano para crear universidades católicas en China”, remarcó Torres.
En términos políticos, a este Papa le interesa China porque “apuesta por el eje sur-sur mundial y no desconoce que es clave para la discusión de la lógica de poder”, agregó.
En la arena internacional, “ambos son actores que pueden poner cierto freno a la concentración del poder de Estados Unidos y países anglosajones.
Francisco está pensando que la iglesia del tercer milenio va a tener un fuerte tinte chino, es un campo fértil y es una promesa”, dijo.
Para China, indicó Pablo Baisotti, historiador argentino e investigador en la Universidad Sun Yat-Sen, “restaurar los lazos de amistad con el Vaticano podría fomentar y consolidar la parte Oeste europea de la nueva ruta de la Seda, regiones tradicionalmente católicas o con gran influencia de Roma”.
Y si bien la pobreza, el consumismo, la corrupción y el cambio climático son temas de preocupación mutua, hay problemas.
El histórico escollo es la potestad para nombrar obispos. Para China, la Iglesia Católica está dividida entre una “oficial” (Beijing) y otra “clandestina” (Roma).
China nombra obispos que la Santa Sede considera ilegítimos y que fueron excomulgados. A su vez, hay sacerdotes que responden al Papa por encima del Estado chino, perseguidos porque “no quieren que ningún estado se le imponga”, dijo Restivo.
Actualmente, hay 13 millones de católicos, de los cuales más de 7 millones son de la “Iglesia Católica Patriótica de China” -establecida en 1957 por el gobierno chino- y el resto son fieles de la Iglesia Católica Apostólica Romana, ligada al Vaticano.
“Ninguno de los dos va a ceder en la cuestión, por ello la distensión en otras áreas es fundamental para lograr un vínculo sólido”, explicó Baisotti desde China.
El otro tema, más plausible de solución, es la cuestión Taiwán. El Vaticano es el único estado europeo que reconoce la soberanía de la isla que para China es una “provincia rebelde”; allí viven 300.000 católicos. “Llegado el caso romperían con Taiwán y lo pondrían en un nivel de segunda línea, no como embajada”, analizó Restivo.
Pero antes, diplomáticos de ambos bandos intentan otros recursos como, según Baisotti, las exposiciones de arte son parte de la diplomacia de los “sentidos” que “impone su belleza para acercar a personas y luego posturas”.
La gira que concluye hoy volvió a esperanzar un acercamiento más fluido. Para Restivo, China “está atenta a cualquier movimiento en la región y con Myanmar tiene mucho lazo”.
En tanto, Baisotti sostuvo que estos “mismos puentes que Francisco tiende podrán ser usados por China para su iniciativa global. Los gestos de uno y otro lado no son suficientes para eliminar suspicacias, pero diplomáticamente se busca una relación cordial y crecientes vínculos”.
La nota en Télam
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