La inmigración chino-taiwanesa, bajo la lupa académica
Luciana Denardi, de UNSaM
Dos investigadores chinos y otros dos argentinos cruzaron sus miradas y reflexiones ayer en el Centro de Investigación Mixto Internacional “Globalización y Sociedad” (CIMI-GyS), que, en Buenos Aires, articula el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL) del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) con la Shanghai University. La doctora en Antropología Luciana Denardi, de las universidades nacionales de San Martín y de Tres de Febrero; el doctorando en la Academia de Ciencias Sociales de China, Beijing, Li Shanlong, y el codirector periodístico de Dang Dai, Gustavo Ng, abordaron temáticas de inmigración y colectividad chinas en Argentina, en tanto Wang Dan, máster en Antropología de la Universidad de Minzu, contó su experiencia en la UBA y la vida universitaria argentina, en el marco de las luchas políticas y culturales actuales.
Con comentarios finales de Fortunato Mallimaci, director del CIMI, y de Pablo Wright, investigador del Conicet, más la presencia de la doctora Xia Tingting, SHU/CIMI, quien hoy regresa a Shanghai tras sus meses de trabajo de campo en Argentina, el taller al que asistieron casi treinta investigadores locales y chinos se llamó Miradas complementarias en los estudios sobre China y Argentina. Identidades chinas en recomposición.
Denardi habló sobre “El anclaje del proceso de diasporización del Estado Chino en Buenos Aires”, y abordó la temática de la diáspora china y taiwanesa y el rol del Estado chino o lo que llamó “burocracia disapórica”; cómo fue cambiando en el país asiático la visión sobre sus compatriotas de ultramar (desde traidores a la piedad filial en el pasado hasta el rol actual de promotores de la expansión económica de la RPCh, pasando por otras fases); el papel que cumplen las asociaciones chinas y taiwanesas en nuestro país, algo misteriosas y más volcadas a mirar hacia su patria que hacia la Argentina; algunas diferencias ente las comunidades chinas y taiwanesas, y aun dentro de ellas mismas, en su presencia en Argentina; o la cuestión de la transnacionalidad en lo que hace a no perder los lazos con su país de origen.
Gustavo Ng, de Dang Dai
Ng centró su ponencia, “El chino es el supermercado de la otra cuadra. La mayor comunidad de inmigrantes no latinoamericanos y los desafíos de su integración”, en los focos principales de la inmigración oriental, sobre todo en el supermercadismo expandido ya no sólo en el Área Metropolitana sino en varias urbes argentinas y su rol como lugar de interacción entre dos mundos; también analizó las asociaciones comunitarias en nuestro país, sin voceros ni posiciones claros, sobre todo cuando asoman en medios locales brotes de xenofobia que no generan respuestas; y describió otros focos de expresión de la colectividad como el Barrio Chino y sus características (distintas a las de ghetto o lugar de residencia de otras ciudades en sus orígenes, como San Francisco o La Habana), o las festividades de la comunidad local, en especial el Año Nuevo Chino.
Li Shanlong, de la CASS
Li (“Las redes de inmigrantes y sus actividades económicas. Los chinos de Fujian en la Argentina”) también se ocupó de los inmigrantes de su país en especial los que llegan de la provincia de Fujian, que estimó en 80% de los actuales residentes chinos en Argentina, a su vez calculados en 180 mil cuando apenas en 1970 y 1980 (cuando comenzaron a llegar los taiwaneses) eran alrededor 1.200, o sólo 28 en 1895, el registro más viejo según un reciente libro que editó el profesor Eduardo Oviedo de la Universidad Nacional de Rosario y el CONICET. Li dijo que hoy son la cuarta colectividad de origen extranjero en Argentina y describió su visión sobre la historia inmigratoria en nuestro país, arrancada con europeos y ahora más inclinada a países vecinos, en lo que advirtió una mayor aceptación criolla por inmigrantes que compartan la cultura y las costumbres locales.
Wang Dan, de la Universidad de Minzu, Beijing
Por su parte, Wang (“Siempre en el camino. Oportunidades, limitaciones y poder entre los universitarios”) puso el foco en su experiencia en la UBA, sobre lo cual evidenció la perplejidad que en general sienten los chinos y muchos otros extranjeros que visitan o viven en Argentina acerca del dinamismo político y la protesta social, en niveles mucho más activos que en el resto del mundo en general. Analizó como se construye ese poder político desde la universidad pública, también expresado en el arte, y cómo opera la fragmentación y disgregación políticas, la presencia de la izquierda en el estudiantado y, según su visión, la falta de una mirada a más largo plazo de los problemas argentinos.
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