El camino que siguió China para su desarrollo, superando debates como “Estado versus mercado” y atendiendo más el frente interno, erradicando a cientos de millones de personas de la pobreza o aprovechando, con la dirección de su gobierno, las ventajas que daba el curso de la globalización, fue debatido ayer en el marco de la presentación de un libro sobre el desarrollo productivo chino del economista Gustavo Girado.

El embajador Yang Wanming se hizo presente en el acto -realizado en la Casa de la Cultura China / Universidad de Congreso- junto al consejero cultural de su Embajada y una funcionaria del área política, y agradeció la labor de los think tank y los medios argentinos por debatir “estos temas sobre China que a nosotros también nos sirve, porque aprendemos de nuestros aciertos y de nuestros errores”, para luego destacar que a la vez la bibliografía que va apareciendo en Argentina fortalece la cooperación y el intercambio entre ambos países.

El libro, ¿Cómo lo hicieron los chinos?, de editorial Astrea, fue presentado por el autor, el académico Jorge Malena y los periodistas Raúl Dellatorre y Néstor Restivo luego de la bienvenida a la Casa por parte de su director, Alejandro Razzotti.

El autor, Malena, Restivo y Yang

El primero, director de la Tecnicatura en Estudios sobre China Contemporánea de la Universidad del Salvador, aludió a las más de tres décadas consecutivas de crecimiento de la economía china que “logró erradicar la pobreza para 800 millones de personas con pragmatismo y sin dogmatismo”. También ponderó la serie de libros que van publicándose en español (y en Argentina y Latinoamérica) sobre el caso Chino para “equilibrar  la lectura de otras traducciones que llegan con otras miradas e intereses políticos”.

Dellatorre (de Canal 7 y Página 12) trajo el debate a nuestro país para plantear la discusión sobre las causas del desarrollo o sobre cómo bajar el número de pobres, recurrentes y sin resultados sostenibles en Argentina, por lo cual jugó con las palabras del título del libro de Girado para hablar de “la lección china” al respecto. “Muchos aspectos de esta investigación deberían ser estudiados aquí por la dirigencia. Quizá justamente por eso hubo como una malla para ocultar el conocimiento sobre China. Sobre cómo hizo su diagnóstico y trabajó en consecuencia, cómo superó el debate Estado vs Mercado o cómo fue funcional a sus propias necesidades de desarrollo el rol que jugaron, por ejemplo, las multinacionales que invirtieron en su territorio”.

Restivo (codirector periodístico de Dang Dai) analizó las diversas partes del libro (las mutaciones al interior de la fábrica y del proceso de Ciencia y Tecnología e Investigación y Desarrollo en China; las Cadenas Globales de Valor y las políticas públicas del país asiático, recordando que la reforma y apertura de Deng Xiaoping partió de una base industrial fuerte heredada del maoísmo) y subrayó aspectos de la investigación de Girado como el énfasis en el mercado interno, el rol del Estado planificador y estratega, el aprendizaje que procesó de otros casos anteriores de industrialización, el salto salarial de los últimos años o la complejidad que demanda de China que en cada etapa de su avance al desarrollo deba agregar innovación, su gran desafío actual. Y complementó la crítica con el rol que jugó el capital mundial cuando avanzó (incorporando a cientos de millones de trabajadores a una relación de plusvalía que desconocían hasta entonces) hacia Oriente tras las reformas de Deng, la caída del bloque soviético y el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio en 2001, y cómo aprovechó China ese momento histórico.