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26 junio, 2017
Suena, en mandarín, algo así como “cucurucho” o, literalmente, “fresco cono de helado”, y es como se llama la heladería que el economista argentino Joaquín Beserra abrió en Shanghai, con productos artesanales que elabora el maestro heladero Ariel Segesser. En esa ciudad se duplicó el consumo de helados en diez años y no hay mucha competencia en formatos artesanales. El local está en el distrito de Jing’an y requirió una inversión superior al millón de dólares. La idea es abrir 14 locales más.
La nota en El Cronista
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