Por Romina Casas

Foto de Paula Lobariñas

El sol radiante reflejaba en el arco de 11 metros de alto y 8 de ancho que dan la bienvenida al barrio chino. Cientos de personas circulaban por los distintos restaurantes, bazares y supermercados. Para muchos era la primera vez que caminaban por Arribeños, para otros ya es una costumbre ir de compras al barrio de Belgrano. En los últimos años, el Barrio Chino se ha transformado en uno de los puntos turísticos más concurridos en la Ciudad de Buenos Aires. En este marco, la Asociación de los Taiwaneses en Argentina organizó el fin de semana una actividad llamada Vida de los inmigrantes taiwaneses en Argentina con el objetivo de difundir sobre su cultura, su educación, los emprendimientos y la solidaridad que desarrollaron los taiwaneses en el país.

La actividad contó con la presencia del director de la Oficina Comercial y Cultural de Taiepei en Argentina, Huang Lien Sheng, quien destacó el vínculo con Argentina e hizo un resumen de los procesos migratorios de la comunidad taiwanesa en el país, muy fuerte en los años 70 y 80 y a la que luego se agregó la de llegados de la República Popular China, en especial de la provincia de Fujian.

“No hemos venido a esta patria a restar sino a sumar trabajo honesto, sabiduría y alegría. Hoy nuestros hijos son plenamente argentinos”, afirmó Huang.

La exhibición comenzó con la tradicional danza del dragón y el corte de cinta que dio por inaugurada la muestra fotográfica. Una de las novedades fue que por primera vez se exhibieron todos los materiales recopilados en diarios, revistas, libros y fotografías que dan cuenta de la historia de la migración taiwanesa al país.

Durante dos días, la comunidad taiwanesa acercó a los argentinos parte de su cultura, sus comidas, su religión, su medicina, sus danzas, sus artes, sus institutos educativos y sus diferentes asociaciones que están instaladas en el país. Además, hubo diferentes stands que mostraron los emprendimientos de los taiwaneses que apuestan con sus productos en Argentina.

Fue una oportunidad única de encuentro para conocer y aprender las diferentes costumbres de la comunidad taiwanesa que durante décadas habita entre nosotros.