La influencia maoísta en el Cono Sur
Baxter, uno de los guerrilleros que fue a China
El doctor Zhang Kun, profesor en la Universidad de Shanghai, ofreció una charla en el CEIL/Conicet sobre la influencia del maoísmo en América Latina, en la primera actividad del Centro de Estudios binacional que inauguraron este mes ambas instituciones, el CIMI. Para Zhang, temáticas como ésta son importantes (y de hecho siguen apareciendo investigaciones recientes en muchos países, citó varios ejemplos) como valor histórico pero también ideológico, en un marco en el cual las relaciones sino-latinoamericanas parecieran sólo estar circunscriptas al comercio.
Sus estudios de postdoctorado tratan sobre la internacionalización del pensamiento creado por Mao Zedong en América Latina, para lo cual ha trabajado archivos de varios países de Sudamérica (Argentina, Perú, Uruguay) y de su país, en especial de Shanghai, del Partido Comunista y otras fuentes, donde aún hay mucho material clasificado.
Señaló que las causas de esa influencia maoísta tuvo tres frentes: la ruptura entre la Unión Soviética y la República Popular China, tras lo cual su país buscó nuevos marcos de alianza internacionales; la Revolución Cubana, que abrió en América Latina nuevas alternativas y posibilidades en paralelo a lo que sucedía en China, y el hecho que luego de la muerte del Che Guevara y el fracaso del foquismo surgiera más interés en estudiar y comprender la experiencia china.
La charla en el CIMI
También citó tres vías de difusión: los viajes de ciertos intelectuales y dirigentes latinoamericanos a China, algunas instituciones específicas de intercambio y la formación de guerrilleros de nuestra región en el país asiático.
En ese abanico, viajaron desde músicos argentinos a Shanghai en 1960 hasta el escritor Bernardo Kordon (a la vez, presidente de la Asociación Civil Argentina de Amistad con el Pueblo Chino), quien entrevistó a Mao. Algo similar ocurrió con el uruguayo Vicente Rovetta, un gran promotor de publicaciones, entre ellos el Libro Rojo, y revistas maoístas con su editorial uruguaya Nativa Libros, quien también viajó a Beijing y conoció al “Gran Timonel”. (Como dato anecdótico, contó que la hija de Rovetta vivió luego varios años en China, aprendió el mandarín y fue intérprete en viajes recientes de los presidentes José Pepe Mujica y Tabaré Vázquez).
En cuanto a formación en la lucha armada en China, citó los casos de Joe Baxter, quien pasó de la militancia en grupos de extremo nacionalismo al PRT-ERP, y Carlos Pancho Gaitán, de la resistencia peronista. “En China siempre, en general, se vinculó al peronismo con el maoísmo”, explicó Zhang, “y se conjugó como una especie de socialismo. Se hacían muchas comparaciones con el maoísmo”. Y también citó el caso del peruanoAbimael Guzmán, luego líder de Sendero Luminoso.
Para el investigador de la Universidad de Shanghai, “esos contactos entre el maoísmo y América Latina se dieron en el marco de las relaciones Sur-Sur y fueron parte de un fenómeno global. ¿Hoy, en otro contexto tan distinto, sólo importan las relaciones económicas? Recientemente para este estudio entrevisté a un dirigente chino y me dijo que, si era así desde el proceso de apertura y reforma de Deng Xiaoping, era ‘muy aburrido’. Debemos incluir los contactos en el terreno del intercambio intelectual e ideológico”.
A la actividad del Centro de Investigación Mixto Internacional Globalización y Sociedad (CIMI), formado por el CEIL/Conicet y la Universidad de Shanghai, asistieron investigadores y ex militantes de expresiones maoístas argentinas (como el PCR o Vanguardia Comunista), quienes hicieron sus aportes a la charla, coordinada por el director argentino del Centro, Fortunato Mallimacci.
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