¿Qué vienen a estudiar los investigadores asiáticos?
Habla Wang, espera turno Song
Se realizó ayer en el CEIL/Conicet un taller de presentación de las investigaciones de posgrado que están haciendo en Buenos Aires tres estudiantes chinos, en el marco de un acuerdo con la Universidad de Shanghai, así como otras dos de Rusia y Japón. Se trató de presentar las temáticas argentinas en las cuales trabajan en investigación avanzada cientistas sociales asiáticos, en una jornada presentada por el titular del CEIL, Guillermo Neiman; el investigador superior del Conicet Fortunato Mallimaci, y por el también integrante y becario posdoctoral Nicolás Damin. Las jóvenes Wang Di y Mengqi Yuan (Shanghai University –SHU y Tsinghua University respectivamente) y el joven Song Xudong (SHU) fueron los representantes de China. En abril, CEIL/Conicet y la SHU presentarán en Buenos Aires una gran novedad: el Centro de Investigación Mixto Internacional.
El CIMI tendrá como área de interés globalización y sociedad y será un gran avance en el intercambio académico entre un organismo estatal como el Conicet y una de las más prestigiosas universidades de la República Popular China.
Por lo pronto, ayer, fue interesante saber en qué temas de Argentina se interesan estos estudiantes asiáticos, seguramente en muchos casos siendo pioneros en sus respectivos países sobre esas temáticas. La becaria de maestría Wang presentó sus avances en los estudios de la reforma educativa de 1908 y los debates sobre liberalismo, catolicismo y nacionalismo, en un contexto de masiva llegada de inmigrantes a Argentina y la iniciativa de las élites locales para construir la nacionalidad. Y Song, también becado para una maestría, trabaja sobre un tema recurrente en Argentina pero no en una investigación en China: la política y la economía en el modelo agroexportador de la Argentina de 1916/1930. Si bien habló por lo tanto de los períodos de Hipólito Yrigoyen, del golpe de Estado que lo derrocó y de los gobiernos conservadores y fraudulentos que siguieron, hizo alusiones a cómo el debate sobre ese tipo de desarrollo y de inserción mundial de Argentina siguen aún hoy en el kirchnerismo y en el macrismo.
Por su parte Damín mostró cómo viene trabajando en las metodologías y estrategias para la construcción de capacidades estatales para la promoción del desarrollo regional y la inserción en el mercado chino, con eje en tres actores: diplomáticos, académicos y empresarios. Comparó cómo otros países (ni que hablar China sobre nuestra región) generan más recursos para investigar en China (por ejemplo citó a Alemania, Australia o Chile) y cómo ello ocurre a pesar de que, en materia comercial, hoy Argentina tiene mucho más intercambio con países asiáticos que con su propio entorno (por ejemplo con Corea del Sur, China, Japón e India más que con el Mercosur; o con Vietnam más que con Francia, Italia o España)
Mangqi, becada de doctorado, estudia en Argentina un tema de mucha actualidad: el populismo, y también hizo una presentación sobre la estrategia china One road, one belt (OROB, o Nueva Ruta de la Seda) y sobre el debate acerca de sus objetivos (¿económicos, de seguridad, geopolíticos, de conectividad, de rivalidad con Rusia y con EE.UU.?, etc.)
Por su parte también expusieron sus trabajos en Argentina María Akchurin, becaria posdoctoral de Northwestern University, EE.UU., sobre procesos de privatización, y Nana Watabe, profesora asistente de la Universidad de Wasada, Japón, sobre la transformación de la Iglesia Católica argentina “de religión de Estado a religión pública”.
Al final, Mallimaci coordinó numerosas preguntas que hicieron los integrantes del Conicet a los estudiantes asiáticos en Argentina.
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