Por primera vez, Congreso de Historia del Arte en Beijing, con presencia argentina
Por Marisa Baldasarre
Este último septiembre se celebró en Beijing el 34º Congreso Mundial de Historia del Arte, organizado por Comité International d’Histoire de l’Art (CIHA) bajo el lema “Terms” (términos). CIHA es un comité internacional creado en 1930 que entre sus principales objetivos tiene el de desarrollar el estudio histórico y metodológico de las actividades y producciones artísticas y fomentar los vínculos entre los historiadores del arte de todos los países. Cada cuatro años, organiza un gran congreso internacional que reúne investigadores de todo el mundo. El de este año fue el primero celebrado en Asia desde la fundación de Comité, y pudimos viajar siete argentinos.
El encuentro tuvo lugar del 15 al 20 de septiembre en dos sedes: la Universidad de Peking (PKU) y la Central Academy of Fine Arts (CAFA). Estuvo compuesto por 21 sesiones, o mesas temáticas, todas ellas a cargo de dos chair , uno de ellos representando al país anfitrión. Las sesiones reunían a un promedio de trece especialistas de distintas partes del mundo, fomentando las comparaciones de los ejes problemáticos en torno a diferentes géneros, épocas y países. El congreso incluyó además conferencias magistrales, exposiciones organizadas para la ocasión y distintas visitas. Tuvimos la posibilidad de conocer el Palacio de Verano y la Ciudad Prohibida, especialmente abierta para nosotros en un día lunes dónde fuimos recibidos por el director del Palace Museum.
De la Argentina viajamos siete investigadores, seis presentamos ponencias y una de ellas, Gabriela Siracusano, fue coordinadora la mesa temática sobre educación estética junto al profesor Zhang Gan de la Universidad de Beijing.
En mi caso, participé de la mesa sobre el Mercado del arte organizada por Zhao Li y Ma Xuedongde CAFA y Uwe Feckner de la Universidad de Hamburgo. Muchos de nosotros tuvimos la posibilidad de viajar a China gracias al aporte de diversas organizaciones; en mi caso, becada por The Getty Foundation.
En lo personal, fue mi primer viaje a China y mi primera vez en Asia, y la foto que acompaña esta nota condensa gran parte del impacto y la fascinación que produce Oriente, donde quedé sumergida en un ola de incredulidad, emoción y alegría permanentes, como volver a ser una niña que por primera vez sale sola de su casa. Percibí olores, gustos, modos de hablar y de moverse, tonos de voz que desconocía. Y si bien tuve la certeza de ser una persona ajena, con muchas cosas que no llegué a captar, descubrí entre otras cosas un sentido humor compartido, cosa que jamás imaginé.
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