En la fiesta por el 67 aniversario de la fundación de la República Popular China, su embajador en Argentina, Yang Wanming, dijo que en el primer semestre de 2016 las importaciones chinas de productos argentinos subieron 13% en la idea de “equilibrar” más el comercio bilateral, fuertemente superavitario para China estos años, y con un perfil también desequilibrado, lo que suele disparar quejas en el sector privado argentino. “Nos hemos consolidado como el segundo socio comercial de Argentina, somos el primer mercado para sus carnes (compramos 35% de lo que exportan) y queremos cooperar para profundizar la alianza estratégica integral”, dijo.

Ópera de Pekín en el Sheraton, parte de los festejos

Yang abrió una celebración por el día nacional en el hotel Sheraton a la que asistieron funcionarios, diplomáticos, legisladores, dirigentes políticos, empresarios, referentes de la comunidad china, académicos, periodistas e interesados en la relación bilateral sino-argentina.

Llamó cierta atención la escasa presencia de funcionarios del gobierno con alto rango, dada la relevancia de China en la política exterior argentina. Sólo fueron el ministro de Turismo, Gustavo Santos, y el secretario de Comercio, Miguel Braun. Del oficialismo ala radical fueron el senador Julio Cobos y el gobernador jujeño, Gerardo Morales. Del PJ, su presidente José Luis Gioja. 

El embajador habló primero de la actualidad de la RPCh, que tras “su propio camino de desarrollo, mundialmente reconocido, y luego de tres décadas de reformas y apertura, tiene hoy el segundo PBI mundial, lidera el comercio mundial y es el tercer inversor”, en un esquema que le permitió sacar a “700 millones de personas de la pobreza” y “mejorar la calidad de vida de más de 1.300 millones”.

Actualmente en sul XIII Plan Quinquenal, China busca “innovar y coordinar un crecimiento verde y compartido, liberando fuerzas innovadoras y actualizando su economía. Y estos meses vimos los primeros logros: la mitad de 2016 ya produjo un crecimiento de 6,7 por ciento y un consumo interno que responde por más de 70% de ese crecimiento, que además produjo en lo que va del año más de 7 millones de puestos de trabajo y la creación de 8 empresas por minuto”.

Según Yang, hay una transición de la fuerza motriz vieja a la nueva y una “revolución industrial 4.0” que lleva adelante China, con más demanda y más oportunidades. “Tenemos confianza y capacidad para llevar un ritmo económico que salte a más calidad y ofrezca oportunidades para todos” ya que “nuestro desarrollo está muy vinculado a la integración mundial”. En tal sentido, recordó el reciente G-20 en la ciudad de Hangzhou y la agenda 2030 de desarrollo sostenible. “Hemos dado un gran impulso a la transición de una gestión de la crisis a otra concentrada en la fase de crecimiento de largo plazo”, afirmó.

Una torta binacional

Sobre la relación con Argentina, recordó el encuentro en esa cumbre de los presidentes Xi Jinping y Mauricio Macri, el segundo en pocos meses; las visitas de ministros de Relaciones Exteriores, Economía, Agricultura, Producción, Energía, Transporte y Turismo a China, con la idea de perfeccionar y profundizar la relación. Mencionó los avances para la flexibilización de las visas y el hecho de que la autoridad fitosanitaria china se instale en Argentina para mejorar las exportaciones hacia China “con alto valor agregado”, así como el inicio del diálogo interparlamentario y la puesta en marcha, en junio, de la primera Comisión Mixta del año para el seguimiento de la agenda de intercambio.

También citó los cruces culturales como la reciente visita del pianista Lang Lang u otras que se han dado o se darán a lo largo del año en ambos sentidos. “Energía, ferrocarriles, infraestructura, vivienda, visas, cultura… es un amplio abanico de cooperación que queremos seguir diversificando. No hay soluciones mágicas ni atajos. Observó un “creciente entusiasmo en nuestra Asociación Estratégica Integral”, iniciada durante los gobiernos kirchneristas, y dijo: “Estamos dispuestos a cooperar para un futuro más promisorio en los vínculos entre China y Argentina”.

Luego se ofreció un video y un show de ópera de Pekín, interpretado por una pareja de comerciantes chinos, Max y Eva, amantes de ese género artístico, así como la actuación de jóvenes intérpretes argentinos, como Andrés Eskenazi y otros, que concursaron recientemente y fueron seleccionados en el concurso del Idioma Chino como Puente.

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