Artes marciales para celebrar la Semana de Confucio
Por Mónica Cofré
A través de las películas del actor, director y maestro de kung-fu Bruce Lee, el mundo occidental conoció las artes marciales chinas. Operación Dragón (Enter the Dragon), de 1973, ambientada en Hong Kong, es considerada una de las películas de artes marciales más grandes de todos los tiempos. El maestro de kung-fu del Instituto Confucio de la UBA (ICUBA), Andrés Lucas Valdés, la recordó en la amplia muestra de artes marciales chinas (wushu) que llevó adelante junto a su equipo el pasado viernes 23 de septiembre en el marco de la Semana de Confucio.
Valdés realizó una breve introducción antes de desarrollar ante el público presente en el aula magna de la Facultad de Ciencias Económicas cada una de las diferentes modalidades de wushu (Taijiquan, Kungfu, Baguazhang, Xingyiquan, entre otras), en formas individuales, grupales y de enfrentamiento (Duiliang), en sus variantes de manos vacías y con el uso de armas.
“El wushu, tiene una cantidad de armas muy amplia. Las más tradicionales son: palo, lanza, sable, espada y abanico. Pero también hay otras más extrañas, que se manejan de a dos, que es el “cuchillo mariposa” -porque poniéndolos juntos forman una mariposa- y tiene una variedad de usos muy grande por el diseño que tiene: puede atacar con el mango, con el filo, girándolo, con la manopla, puede girarlo y atacar de revés con codo, o de revés con punta. Todos los movimientos son para giros y golpes de distinto tipo dentro de esta pose”, introdujo antes de una de las demostraciones que realizó junto a otro maestro.
Para desarrollar las artes marciales los chinos observaron los movimientos de defensa y ataque de los animales es por eso que varios de ellos llevan sus nombres. Por ejemplo: “estilo mantis religiosa” (haciendo alusión al insecto también llamado “santateresa”).
“El Tai-Chi que uno lo asocia con algo suave y lento es terriblemente violento cuando se lo aplica”, sin embargo “hay menos lesiones practicando esto que jugando al fútbol o al rugby”, aseguró Valdés.
El maestro de artes marciales realizó las distintas demostraciones de los movimientos para la armonización del cuerpo y la mente junto a un equipo ocho personas quienes desplegaron su arte con una lista de 22 temas musicales (no necesiarmente de origen chino) ciudadosamente programada.
“Se trabaja a la distancia entre los dos puños, si uno adelanta un poco el hombro el golpe llega, por lo tanto el golpe tiene que ser controlado para que no pegue. Se inicia desde ésta determinada posición, donde la guardia de cada uno de los oponentes están enfrentadas. Sin embargo, uno aprende a entrar en la línea del oponente de distintas maneras”, describió Valdés a una de las wushu de combate de manos y pies proveniente del sur de China.
En el ICUBA, que funciona en la sede de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, se enseñan las artes marciales chinas con el objetivo de divulgar entre el gran público los beneficios terapéuticos de volver los ejercicios un hábito para la vida cotidiana.
La Semana de Confucio se realizó en coordinación con todos los Institutos Confucio del mundo y buscó difundir la lengua y la cultura chinas en los cinco continentes en la semana que se recordó la figura del gran pensador chino cuyas enseñanzas ejercieron una poderosa influencia en la filosofía y en la historia de China.
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