Una noche mágica con Lang Lang en el Colón
El joven y célebre Lang Lang, uno de los principales referentes artísticos de la China actual, volvió a enamorar a los argentinos en el Teatro Colón, en una nueva visita al país esta vez en el marco del Año de Intercambio Cultural entre China y América Latina. Tocó a Chaikovski, a Bach, a Chopin, más uno, dos y tres bises cuando los aplausos no lo dejaban ir a camarines tras dos horas y cuarto de concierto, y coronó así una noche de sábado para disfrutar.
Nacido en 1982, embajador cultura de Shenzhen y de Shenyang, famoso por sus interpretaciones para el Mundial de Fútbol de 2014 en Brasil, el Setenta Aniversario de la ONU o los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008, además de sus muchas intervenciones en los principales teatros del mundo, Lang Lang es un fenómeno sin igual en China y se proyecta a todo el mundo como una estrella.
En Buenos Aires tocó en una noche de gala donde estuvo, encabezada por el embajador Yang Wanming, casi todo el cuerpo diplomático chino, además de empresarios, funcionarios, invitados especiales y funcionarios de la China Arts and Entertaninment Group (del Ministerio de Cultura chino), que vino a la capital argentina para preparar los conciertos que en octubre y noviembre hará la Sinfónica de Qingdao, una de las principales de China.
En esta ocasión, Lang Long tocó primero “Las Estaciones” de Piotr Ilich Chaicovski, doce piezas breves que le fueron encargados al compositor ruso por la revista Nouvellist, para cada una de sus entregas mensuales de 1875, seguramente para promover esas ediciones (y, para Chaicovski, para mejorar sus ingresos). Luego el “Concierto Italiano en Fa Mayor” de Johann Sebastian Bach, de 1735 y, tras el intervalo, cuatro scherzi de Frederic Chopin, el segundo de los cuales, el Nº 2 en Si Bemol Menor, OP. 31, es acaso el más conocido por el público general, que le regaló ahí al pianista su primera gran exclamación.
El intervalo sirvió para que, en los pasillos y en la sala que destinó la Embajada a invitados especiales, hicieran tertulia funcionarios de la Cancillería o el secretario de Comercio Miguel Braun, su tío el director de la Escuela de Comercio Exterior de la Fundación ICBC, Félix Peña, empresarios de distintos sectores, diplomáticos, entre otros. Curiosamente, pasó un par de veces por el corredor y mirando de reojo el líder del grupo Techint, Paolo Rocca, pero porque es uno los miembros benefactores de la Fundación del Teatro; es, también, un acérrimo enemigo de la asociación estratégica que Argentina tiene con China y que, en su opinión, destruye a la industria nacional, es decir, a sus negocios. Rocca no estaba invitado al champagne, pero no se privó de Lang Lang.
Tras la segunda parte del concierto, llegaron tres bices a pedido de un público que quería seguir disfrutando del espectáculo en ese sábado nocturno casi anticipatorio de la primavera que vendrá en un mes y medio, y en ese excepcional escenario que es el Colón. Ya habían pasado más de dos horas, como si de un partido de tenis en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro se tratara, pero la cosa siguió. Así, Lang Lang salió tres veces para tocar “La Danza del Fuego” de El Amor Brujo, de Manuel de Falla, luego una canción tradicional china y finalmente la “Danza Cubana” de Ernesto Lecuona.
El Año de Intercambio Cultural entre China y América Latina, que recorre todo 2016, incluye numerosas visitas cruzadas entre artistas del país asiático y de este continente. El sábado, con Lang Lang, tuvo un capítulo más que lucido.
Nota: Dang Dai agradece a los funcionarios visitantes de la China Arts and Entertaninment Group (CAEG) por la invitación para asistir al concierto de Lang Lang, que no pudo conseguir del propio Teatro Colón pese a ser el único medio local especializado en el intercambio cultural entre Argentina y China.También agradece al director de Radio Nacional Clásica, Pablo Kohan.
Leer además la entrevista de Xinhua al pianista y comentarios del espectáculo en La Nación y en Clarín
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