Cuatro ideas para mejorar las inversiones en Lat-Am

27 julio, 2016

Durante el Diálogo Académico Sino-Argentino que organizaron el CLEPEC y el CECLA (ver edición de ayer de esta misma página), además de temas culturales se analizaron las inversiones chinas en América Latina, su carácter, desarrollo y sobre todo cómo mejorar su calidad y comprensión mutua. La charla estuvo a cargo del profesor universitario Jin Xiaowen, quien reconoció la mala imagen que muchas veces tienen los capitales chinos que llegan a la región en parte por campañas mediáticas occidentales pero también por desconocimientos de los propios chinos acerca de cómo abordar ciertos ejes temáticos.

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Jin dijo que China, sus empresas y el Estado o los estados provinciales y municipales que envían sus inversiones aquí deberían “mejorar 4 aspectos: 1) adoptar las perspectivas del socio local y menos la nuestra, que es muy diversa en tema de negocios; 2) investigar más previamente cada mercado; 3) estudiar mejor la experiencia que en el país receptor hubiera tenida otra inversión extranjera, cómo se adaptó o qué lecciones dejó, y  4) y enfatizar el rol de la propia empresa inversora en términos del negocio, más allá de la visión del Estado chino que en general es el dueño de esa empresa.

Jin mostró algunos ejemplos de noticias en medios occidentales que desmerecen inversiones en términos de neocolonialismo o de problemas ambientales o laborales (como suelen hacer la BBC británica o el diario El País de España, además de medios latinoamericanos).

También recorrió la reciente historia china en inversiones directas externas, que pasaron de apenas 1.000 millones de dólares en 1991 a un mayor período de facilitación en 2003/7 y a otro de aceleración de 2008 a la actualidad, cuando esas inversiones pasaron de 50.000 millones de dólares a ser hoy las mayores del mundo, por encima de las de Estados Unidos.

Por región, América Latina ocupa un lugar importante (90.000 millones de dólares) pero por debajo de otros continentes, y destacan Brasil, Venezuela y Argentina, en ese orden. Y por actividad, pasaron de una primera etapa de industrias livianas como textil a otras para obtener materias primas y más recientemente a infraestructuras. Desde 2010 se han diversificado a varios campos, dijo.

También habló del “modelo Angola” (pago de los créditos chinos mediante recursos como el petróleo, que también se aplicó con Venezuela) y de la necesidad de superarlo porque “no es un modelo sustentable y depende mucho del ciclo de precios, como se evidenció con el precio del petróleo”.

Informó que hoy hay unas 20 mil empresas chinas que tienen inversiones externas, pero muchas son ineficientes y no rentables, de allí la necesidad de mejorar en los cuatro puntos señalados. También, en comprender mejor las condiciones sindicales de cada país, dado el nivel de demandas obreras que en China, aunque hay sindicatos, es muy distinto: allá se firman contratos de varios años con salarios estables (claro que en China no hay el nivel inflacionario de América Latina, olvidó decir).

Otro tema que debe mejorar China, afirmó, es la realidad latinoamericana de un sistema electoral y político que habilita cambios de gobiernos y de modelos económicos. China debería asumir eso y estudiar cómo afrontar y prevenir riesgos frente a cambios de escenario.

Categorías: Economía Empresas

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