Analistas exploran espacios para la integración productiva

28 mayo, 2016

El Observatorio América Latina Asia Pacífico, que han formado las entidades intergubernamentales de la región ALADI, CEPAL y CAF, acaba de publicar Explorando espacios para la integración productiva entre América Latina y Asia Pacífico, en el cual diversos analistas dan su mirada sobre ese proceso, entre ellos Silvia Simonit, Alonso Ferrando, Gustavo Bitencourt, Raquel Isamara León de la Rosa y Mariano Turzi.


Simonit plantea que las economías del Mercosur y China pertenecen al grupo de países de renta media aunque con diferencial de dinámica. Las evidencias indican que la subregión latinoamericana está atrapada en la misma etapa de desarrollo desde hace, en promedio, cuatro décadas, y en cambio  China ha tenido un ascenso vertiginoso, plantea.

Señala que el creciente comercio altamente concentrado en exportaciones de productos primarios desde el Cono Sur hacia China no es la causa excluyente de la desindustrialización de las economías regionales. “Los resultados del análisis econométrico presentan una tendencia decreciente de la participación del valor agregado industrial coincidente con la aparición de China, en el siglo XXI, como socio comercial pero es en la década de los noventa cuando se evidencia la mayor desestructuración industrial”, dice. Finalmente, sostiene que la transformación e integración productiva entre ambas regiones es una “oportunidad conducente a la salida de la trampa del ingreso medio. La eficiencia e innovación son factores clave para la integración productiva y para el avance a la etapa siguiente de desarrollo”.

Por su parte Ferrando indica que la relación de tipo económica-comercial entre Latinoamérica y China puede estudiarse desde tres aspectos o vías: la diplomática, la comercial y la de los acuerdos y tratados. Él eligió la vinculación mediante los acuerdos comerciales regionales y las estrategias de asociación de China con la región en general y con los países de América Latina y el Caribe en particular.

Dentro de la estrategia china en la región, su estudio analiza específicamente los Tratados de Libre Comercio (TLC) que China ha alcanzado con algunos de sus países, concretamente con Chile, Perú y Costa Rica. Y realizó un análisis comparativo respecto de los temas que integran estos tres Tratados a fin de determinar su profundidad y ambición. El autor concluye que dichos temas pueden calificarse como temas “tradicionales” o del “Siglo XX”, con preeminencia en las restricciones arancelarias y para-arancelarias usuales, sin incorporar los temas de la nueva agenda o también llamados del “Siglo XXI”.

A su turno, el artículo de Bitencourt aborda los instrumentos de una estrategia latinoamericana que busque “promover la complementación productiva con China a través de la Inversión Extranjera Directa (IED). Para ello, se comienza delineando como China y América Latina (AL) se insertan en el proceso de transnacionalización mundial en el siglo XXI, enfatizando las relaciones recíprocas”. Luego se discuten las estrategias de inserción internacional de los países de AL, tratando de identificar subgrupos que puedan tener intereses comunes, y en particular, identificando las orientaciones generales hacia el capital extranjero de acuerdo a los instrumentos de política hacia la IED aplicados por una docena de países de AL. Se concluye que existen tanto divergencias estructurales como de orientación estratégica del desarrollo entre los países de AL, lo que dificulta la formación de una agenda común con China 

León de la Rosa propone un ensayo cuyo objetivo es auspiciar  un área de oportunidad en la relación comercial entre China y América Latina. Para ello enmarca el Neoliberalismo Institucional dentro de la teoría de las Relaciones Internacionales, y el concepto de competitividad de Michael E. Porter. Dentro de la investigación busca enfatizar en la importancia que tiene la Alianza del Pacífico como posible enclave logístico que permita generar un nuevo dinamismo en la relación con China y el continente americano vía interdependencia económica, basada en la interconectividad y ventajas que tienen los países de la Alianza del Pacífico y la iniciativa china de la Ruta de la Seda Marítima, como herramienta de expansión de su liderazgo económico.

Finalmente, entre otros capítulos de sendos autores, Turzi analiza las capacidades e intenciones chinas con respecto al proyectado canal bioceánico en Nicaragua en contraste con la experiencia norteamericana en el Canal de Panamá. Explora los impactos geoeconómicos a nivel global y las implicancias geopolíticas para China, para los Estados Unidos y para América Latina.

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Categorías: Latinoamérica

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