El embajador de China explica el presente y futuro de la economía de su país

3 febrero, 2016

En una nota publicada el domingo en el diario La Nación el embajador de la República Popular China, Yang Wanming se expresó abiertamente ante los argentinos sobre la situación económica de su país, explicando que hay “una nueva normalidad” en la que el crecimiento “entra en una transición de un ritmo alto a uno medio-alto, acompañado por la constante optimización y actualización de la estructura económica”, y en el que “la fuerza motriz” pasa de “factores de producción e inversiones” a “procesos de innovación”.


 – China traerá más oportunidades para el mundo

Por Yang Wanming

El gobierno chino publicó recientemente los indicadores económicos del año 2015, lo que conllevó una amplia atención y acaloradas discusiones en la comunidad internacional, en la que no faltan las voces de pesimismo y preocupación.

La economía china creció 6,9% en 2015, con una cierta ralentización en cuanto a su ritmo, lo cual se atribuye a las presiones bajistas derivadas de los factores como la debilidad económica y comercial global, el reajuste normal inevitable para la economía china al alcanzar determinada fase y nivel tras muchos años de veloz crecimiento, y el resultado de la regulación proactiva del país asiático para resolver las contradicciones estructurales de su economía en busca de un crecimiento sostenible.

De hecho, a pesar de la desaceleración de su crecimiento, el incremento real de la economía china es sumamente considerable, tomando la delantera a nivel global tanto en términos de velocidad como de volumen, mientras su contribución al crecimiento económico mundial supera el 25 por ciento.

Desde una visión objetiva, los fundamentos de la economía china en 2015 son favorables.

En primer lugar, la macroeconomía funciona de forma sana y estable, con el crecimiento oscilando dentro de un margen razonable y con los precios y el empleo en niveles estables, lo que ubica a China entre las principales economías del mundo con mayor desempeño.

En segundo lugar, se ha acelerado la optimización y actualización de la estructura económica. Una muestra es el aumento del peso del sector servicios a 50,5% del PBI y la suba de la contribución del consumo a 66,4% del PBI, con un crecimiento de 15,4% con respecto a 2014.

En tercer lugar, los sectores emergentes vienen liberando su dinamismo, traducido en una expansión de 10,2% de las industrias de alta y nueva tecnología y en una multiplicación acelerada de las inversiones en los sectores emergentes, como el desarrollo del automóvil de energía alternativa y de la robótica industrial.

En cuarto lugar, se ha profundizado sin cesar la apertura al exterior como consecuencia y China continúa manteniendo su posición como la primera potencia del comercio de bienes a nivel global, con un volumen de inversión de 118.002 millones de dólares en el extranjero, lo que supone un incremento de 14,7 por ciento.

En la actualidad, la economía china presenta una nueva normalidad. Es decir, el crecimiento económico entra en una transición de un ritmo alto a uno medio-alto, acompañado por la constante optimización y actualización de la estructura económica, y la fuerza motriz del crecimiento se transforma de los factores de producción e inversiones, en procesos de innovación.

Con miras a adaptarse y tomar la rienda de esta nueva normalidad, el gobierno chino está trabajando para intensificar el control macroeconómico e instrumentar una serie de medidas reformistas.

Primero, se buscará aplicar una política fiscal activa y una política monetaria prudente, a fin de neutralizar efectivamente los riesgos en términos de finanzas y deudas.

Un segundo objetivo es ampliar de manera adecuada la demanda agregada e impulsar la reforma estructural enfocada en la oferta, o sea con prioridad a la calidad y rendimiento del sistema de oferta, e incrementar el suministro efectivo y de alta gama, potenciando la adaptabilidad, flexibilidad y compatibilidad de la estructura de oferta ante los cambios de la demanda, en aras de un salto integral de la productividad social.

En tercer lugar, el plan incluye fomentar el desarrollo territorial coordinado y acelerar la construcción de las franjas económicas de los clusters urbanos, para inyectar una mayor fuerza en la urbanización. Un cuarto punto es dar celeridad a la configuración del sistema económico abierto, promover el comercio internacional y los acuerdos para la facilitación de las inversiones, e intensificar la cooperación internacional en capacidad productiva, con el objetivo de propulsar una apertura al exterior en altos niveles.

Nos sobran razones para creer que no cambiarían las líneas generales de la economía china que marcha por buen camino a largo plazo, y que avanzará de manera estable, ni dejaría sus características de poseer buena tenacidad, gran potencia y suficiente espacio de maniobra, ni movería la base y las condiciones que le permiten un crecimiento sostenible y la optimización de la estructura económica.

Según los últimos pronósticos del Banco Mundial, en 2016 la economía de China mantendrá por lo menos una tasa de crecimiento de más de 6,7 por ciento. En el largo plazo, la economía de China contempla perspectivas muy brillantes y seguirá siendo la principal fuerza al crecimiento económico mundial, generando de esta manera nuevas oportunidades para el desarrollo de todos los países.

En la actualidad, el gobierno chino se encuentra en la elaboración del XIII Plan Quinquenal (2016-2020) sobre el Desarrollo Socioeconómico, en el que se plantearon los conceptos en torno al desarrollo innovador, coordinado, verde, abierto y compartido, con la meta de que para 2020 el PBI de China y los ingresos per cápita de los ciudadanos se dupliquen en comparación con las cifras de2010. El objetivo es que cuando se concluya la ejecución del Plan Quinquenal, es decir, en 2020, el PBI de China sea de más de 17 billones de dólares, cerca de 20% del PBI mundial, y que su renta per cápita sea superior a los 10.000 dólares.

Para alcanzar estos objetivos, China se empeñará en aplicar en forma invariable la estrategia de apertura caracterizada por el beneficio mutuo y el ganar-ganar; participa activamente en la gobernanza económica global; perfecciona constantemente el marco de la cooperación económica con el exterior y construye una comunidad más amplia de intereses.

Demanda de bienes

En los próximos cinco años, la elevación del nivel del consumo de sus más de 1300 millones de habitantes constituirá el mercado con mayor demanda del mundo, el cual importará bienes por un valor superior a los 10 trillones de dólares con necesidades crecientes como la adquisición de las principales commodities y productos de alta tecnología.

Al mismo tiempo, China aumentará su cooperación internacional en cuanto a la capacidad productiva y la fabricación de equipos, con la previsión de una inversión en el exterior superior a 500.000 millones de dólares. Todo ello deparará mayores oportunidades de mercado, crecimiento, inversión y cooperación para el resto del mundo, incluyendo América latina.

Paralelamente con su propio desarrollo, China está dispuesta a fortalecer su cooperación con todos los países, con el fin de compartir los frutos y beneficios del desarrollo, contribuyendo como siempre con energía positiva al crecimiento económico mundial, dentro de la agenda global de desarrollo sostenible.

El autor es embajador extraordinario y plenipotenciario de la República Popular China en la Argentina.

Categorías: Economía Negocios

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