Complementariedad financiera
“La complementariedad entre China y América Latina no sólo se da en materia comercial. Hay una novedad importante estos años, y que difiere de esquemas anteriores de articulación entre nuestra región y otras: la complementariedad financiera”, dijo ayer en un seminario del INTAL desarrollado en Buenos Aires el economista Alejandro Ramos Martínez, quien presentó el Informe Mercosur del BID. Cuando Dang Dai le preguntó sobre si eso sólo implicaba una relación deudor/acreedor entre Latinoamericana y China, el conferencista aclaró que “el tema financiero va más allá; la ‘diplomacia del yuan’ atacó temas de iliquidez derivados estos años de crisis global, apuntaló el comercio en tiempos de crisis, firmó swaps con países como Argentina, Brasil y varios más y favoreció inversiones directas”.
Peña, de la Fundación ICBC, uno de los asistentes
Ramos Martínez fue uno de los disertantes del seminario Las relaciones económicas de China con América Latina y el Caribe. Una visión prospectiva, con el cual el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe, INTAL, que dirige Gustavo Beliz, congregó a numerosos expertos, académicos y funcionarios dedicados al tema. En la apertura habló el embajador de la República Popular China en Argentina, Yang Wanming.
El informe del BID da cuenta del tiempo de la “postcrisis”, luego de que las turbulencias financieras desatadas por la especulación en Estados Unidos y Europa en 2008 derivaran en un amesetamiento del curso económico global hasta 2014 y luego, a partir del último año, directamente en una depresión del comercio, en volúmenes y precios, que entre otras cosas afectó mucho las exportaciones latinoamericanas. “La caída de precios promedio de nuestros productos entre julio de 2014 y julio de 2015 fue 14%. También sufrimos contracción comercial y una pérdida del 60% en el saldo comercial”, dijo. El cuadro es conocido: Europa estancada, EE.UU. creciendo a sólo 2% anual promedio estos años, países latinoamericanos grandes como Brasil en recesión y China habiendo bajado su expansión de tasas de 9 a 10% a otra en torno al 7%. “En el Mercosur también se resintió el comercio intra-zona”, dijo Ramos Martínez.
La crisis y el estancamiento de la Ronda Doha de la Organización Mundial del Comercio dio impulso global al regionalismo, lo que derivó en acuerdos como el TPP (Trans Pacífico), el RCEP que impulsa China o el T-Tip (Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión) entre EE.UU. y Europa, comentó. “El Mercosur observa todo eso, pero va lento. Propuso un Plan de Acción a los países de la Alianza del Pacífico, pero aún no hubo respuesta”, dijo el expositor.
Al comentar el trabajo del BID sobe los lazos con China, detalló los temas de complementariedad pero también las asimetrías, habló de la “complementariedad financiera” como una novedad positiva para potenciar la relación, de los límites que siempre surgen cuando las exportaciones son mayormente de materias primas (por los ciclos de precios, sobre todo) y entre otros temas de una relación “Sur-Sur” especial, ya no como las de Norte-Sur pero sí entre países de distinto grado de desarrollo. “Hay aspectos ‘fáciles’ que son inversión en infraestructura y finanzas, y otros ‘difíciles’ de resolver que son los estrictamente comerciales”, concluyó.
Al comentar el trabajo del BID, Féliz Peña, de la Fundación ICBC, señaló que el Mercosur debe atender ese debate “necesario y retrasado, pero que está lleno de potencialidades. En 2012 el entonces primer ministro Wen Jiabao vino a la región y propuso un estudio de factibilidad para un acuerdo comercial con China. Hubo críticas a que eso primarizaría nuestras economías. No me convencen. Para China los acuerdos de libre comercio no son un libro de texto dado, ellos son pragmáticos y, aun respetando las reglas internacionales, pueden ser flexibles. Es lo que los brasileños mentan como ‘diplomacia del jeitinho’”, que encuentra la forma aun por afuera de las normas convenidas por escrito.
Para Peña, “debemos preguntarnos qué entienden los chinos por libre comercio. Creo que ellos piensan que no es un traje a medida, que no tienen un pensamiento rígido”.
También comentó que lo “fácil” y lo “difícil” mencionado por Ramos Martínez en el vínculo con China por parte de América Latina en realidad “se vinculan y sobre eso habría que trabajar para darle respuesta a Wen y efectivamente ver qué posibilidades hay para un acuerdo comercial con el Mercosur. Debemos ser pragmáticos. No es un tema de take it or leave it”.
Otros temas tratados a lo largo del día fueron experiencias de acuerdos comerciales (por ejemplo de Chile y de Perú, donde su ex ministro de Comercio, Eduardo Ferreyros, dijo que tras el Tratado de Libre Comercio de 2010 las ventas peruanas a China crecieron 326% en agropecuarias, 166% en pesca y –destacó- 83% en no tradicionales, que pasaron de algo más de 250 a casi 500 millones de dólares. También el brasileño Renato Baumann comparó los esquemas de TLC que firmó China con otros países (Nueva Zelanda, ASEAN, Costa Rica y otros). Otros expositores fueron Florisvaldo Fier del Mercosur, Mauricio Mesquita Moriera del BID y Ricardo Rozemberg de la Universidad de San Martín. Y por la parte china participaron además del embajador Yang la profesora Guo Jie de la Universidad de Peking, Xu Jianju economista del BID y Ju Jiandong de la Universidad de Shanghai.
Entre otros invitados, estuvieron los académicos Eduardo Oviedo, Norberto Consani, Carlos Moneta, Mercedes Giufre , Ariel Slipak, Luciano Bolinaga y Bernardo Koscacoff y empresarios de Huawei, ICBC, Electroingeniería – Gezhouba, entre otros.
PUBLICAR COMENTARIOS