Aquel viaje de 2004 que resultó el inicio de una gran sociedad

29 octubre, 2015

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“A Kirchner, se sabe, no le interesaban mucho los viajes (de hecho ése fue uno de los primeros de su vida) ni los protocolos, que en la República Popular rozan lo sagrado. En las cenas oficiales, en Beijing o en Shanghai, pedía a gritos “algo que se pueda comer”, despreciaba lapiceras de lujo o la cama mandarinesca con baldaquino que lo esperaba en el complejo de Diaoyutai para visitantes ilustres. Hasta se negó a ponerse una toga negra como correspondía en la prestigiosa Universidad de Fudan cuando lo premiaron con un Honoris causa (…) Sin embargo, Kirchner sedujo a todos. No sólo a los alumnos universitarios, a quienes en el más destacado párrafo de su discurso llamó a mantener siempre la rebeldía, sino a los dirigentes chinos que con los años descubrirían lo acertado de la decisión, a juzgar por los resultados de la década en ciernes”. Este texto forma parte del recientemente publicado libro China, el aliado inesperado, (Editorial de la Universidad de Villa María, Córdoba), de Néstor Restivo, del cual Tiempo Argentino ofreció un adelanto.

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Categorías: Política

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