Dibujos de Pablo Zhong: La aparente facilidad de lo arduo
Por Marcela Fernández Vidal
Hace unos dos años tuve el privilegio de conocer parte de la obra del pintor chino Lo Yuao, quien vivió en la Argentina y pintaba sus obras con tinta china sobre papel de rollos de cocina debido, según cuentan quienes lo conocieron, a la austeridad extrema en la que vivía. Admiré entonces el dinamismo y el poder de síntesis que se destacaban en sus figuras de caballo o en los bambúes que parecían querer captar la mano invisible del viento. En cuanto al aspecto técnico, era esencialmente un pintor que seguía las pautas de la pintura clásica china. El sábado pasado tuve la fortuna de admirar los efectos de un impacto mucho más radical de las pinturas de Yuao. Pablo Zhong, nacido en la provincia de Sichuan, hace veinte años que vive en Buenos Aires y se dedica a la enseñanza del idioma chino. Podría decir, sintetizando numerosas charlas, que Pablo Zhong nació al arte en la Argentina por inspiración en Yuao.
Pablo (Zhong Chuanmin) comenzó hace sólo dos años, y de manera totalmente autodidacta, a experimentar por el mismo camino de la pintura con tinta china sobre servilletas de papel y rollos de cocina. Después pasó al trabajo sobre el papel de arroz. Tal como él señala, el trabajo sobre estos tipos de papel requiere un enorme desafío para controlar el espesor de la tinta y la presión de la muñeca porque, caso contrario, lo que se obtiene es simplemente una mancha que de ninguna manera tiene la potencia de comunicar belleza. Tras un obstinado trabajo, finalmente Zhong inauguró este sábado su primera exposición, Relatos cantados en poemas sin voz, en Buddha Ba, Arribeños 2288, Barrio Chino porteño, que continuará hasta el 30 de este mes. Lo acompañaban su esposa Susana (Liu Shu), también profesora de idiomas y oriunda igualmente de Sichuan, sus dos hijos, brotes argentinos, y muchos amigos.
Los trabajos expuestos fueron realizados entre abril y mayo últimos. Pude apreciar entonces que asistía a la muestra de alguien que pudo dar un paso más al conjugar temas clásicos como el de los caballos libres, paisajes chinos y figuras del teatro chino con escenas del juego de polo y la estampa de caballos típicos de nuestras pampas. Pablo Zhong es acaso el único artista en la Argentina que trabaja con estas técnicas, a la vez que da cuenta de un signo de estos tiempos: la enorme potencia creativa que conlleva el nutrido intercambio cultural entre nuestros países. Y de la muestra de Zhong pude disfrutar de la sutileza de los trazos, el dinamismo de las líneas, la precisión de las formas, y, sobre todo, fue para mí una invitación a sumergirme en un intenso placer interior que trasciende todos los idiomas.
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