Presentaron en el Macba el arte de Zhang Dali y Liu Bolin
Se presentó ayer a la prensa en el Macba la muestra que a partir de hoy se abre al público, de los artistas chinos Liu Bolin (Desapareciendo) y Zhang Dali (La segunda historia). Zhang habló por videoconferencia con los periodistas presentes y Liu vendrá en junio a Buenos Aires para las últimas semanas de la exposición. Aquí realizará nuevas performances, dijeron a Dang Dai la directora del Museo de Arte Contemporáneo, Teresa Riccardi, y la curadora Casey Burry, de la galería neoyorquina Klein Sun, que representa a los artistas.
Desde hoy y hasta el 21 de junio, en tres plantas del Macba, ubicado en San Juan 328, CABA, se puede apreciar el trabajo de estos dos artistas internacionales, que cuenta con apoyo de la Embajada de la República Popular China en Argentina.
En su proyecto en curso La segunda historia (iniciado hace ocho años), Zhang Dali actúa como una suerte de investigador, localizando imágenes en archivos chinos –libros, periódicos, y otras publicaciones- e indagando en su historia. Su trabajo, denominado doctored images revela los retoques, la coloración, la eliminación o adición de personas y elementos pictóricos, de algunas de las imágenes más reconocibles de los últimos sesenta años de la República Popular China, entre ellas muchas con las figuras de Mao Zedong, Zhou Enlai o Deng Xiaoping. Zhang está interesado tanto en las ramificaciones políticas de estas alteraciones como en la delicada destreza practicada por los censores en sus ajustes de los documentos políticos.
Ayer por videoconferencia Zhang dijo: “Sí, soy un guerrillero y tengo mis responsabilidades. En China, el artista es considerado un intelectual. Y nuestra responsabilidad es promover cambios para mejorar la sociedad.”
En cuanto al artista y fotógrafo Liu Bolin, presenta Despareciendo, con sus reconocidos trabajos de camuflaje realizados a partir de una serie de foto-performances.
Su serie Hiding in the City (Escondiéndose en la ciudad) nació del desalojo y posterior destrucción de su estudio en Beijing en 2005. Como resultado, Liu comenzó a usar la ciudad a su alrededor como telón de fondo, pintándose a sí mismo para ocultarse y mimetizarse con el paisaje en flujo constante, y denunciando la deshumanización de las sociedades. Mediante esta operación, Liu crea una tensión que desafía al espectador a cuestionar qué es lo que acontece por debajo de la superficie, sea frente a la Gran Muralla, muros de ciudad, ámbitos rurales o diversos lugares de China y otros países.
El artista trabaja con un conjunto de pintores y fotógrafos que hacen arte sobre su cuerpo y en Argentina continuará el trabajo con paisajes y colaboradores locales, se informó ayer.
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