Inmigrantes ausentes en la cultura

15 abril, 2015

Un cuento chino. Ignacio Huang, Darín y Borensztein durante el rodaje, en 2010.

El editor de Artes Visuales de la Revista Ñ, Eduardo Villar, manifiesta su asombro porque la integración de los chinos a la Argentina no se traduce en producción cultural. En facebook el actor Ignacio Huang (protagonista de Un cuento chino), comenta que “no he parado de trabajar y producir, es más, en estos últimos 2 años estrené 5 obras de teatro, y lo cierto es que no es fácil producir bienes culturales”.


Lejos de ser el único, los restaurantes y los súper chinos son un ejemplo del lugar nada desdeñable que los chinos se han hecho en los últimos años en la realidad cotidiana de los argentinos. Por alguna razón que no comprendo, ese proceso de integración a la argentinidad aparece muy escasamente en la producción cultural del país. Sólo recuerdo un viejo sketch televisivo en el que Juana Molina se convertía en una desopilante cajera; la música de presentación del también desaparecido Todo por dos pesos, en la que un chino bailaba con una alegría tan inexplicable como indestructible , y la película Un cuento chino , de Sebastián Borensztein, en la que un chino solo y perdido se convierte en un enigma de algún modo salvador para el personaje de Ricardo Darín, que loadopta.

En los tres casos se veía a tres personajes peleando de alguna manera un lugar entre los argentinos.

Nada más. Ninguna novela, ningún cuento, ninguna obra de teatro, ninguna canción parecen registrar esa presencia que desde hace más de treinta años crece en las calles de Buenos Aires y otras ciudades del país. Muy poco. Poquísimo, en verdad, si se lo compara, por ejemplo, con la forma en que la literatura, el teatro, la música y el cine se ocuparon en su momento de las tensiones sociales y culturales y de identidad que produjo la llegada de inmigrantes italianos, españoles o europeos del este.

Tampoco hay en la producción cultural prácticamente registro de la presencia boliviana o peruana, no tan exótica pero por cierto mucho más masiva que la oriental. Ni de los estudiantes de otros países latinoamericanos que llegan a estudiar a las universidades argentinas. Más llamativa aún es la completa ausencia de registro de los inmigrantes africanos.

Ausentes por completo. Nada. Ninguna mención, como si no existieran. Chinos, bolivianos, peruanos y compañía no aparecen ya no en el cine, la literatura o el teatro, sino siquiera como personajes en un spot publicitario en la televisión. Es raro, por lo menos. Y podría pensarse que es sintomático, en un país que siempre se dijo orgulloso de su diversidad y de recibir a “todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar”, etcétera.

Comentario de Ignacio Huang

Uff… dios, no se cómo tomar esta nota… Lo que se es que no he parado de trabajar y producir, es mas, en estos últimos 2 años estrené 5 obras de teatro, y lo cierto es que no es fácil producir bienes culturales, y siendo extranjero se hace más difícil todavía. Confieso que no somos muchos los que dedicamos al arte, y cada pasito que damos es solo un centímetro más en un camino largo larguísimo hacia la integración social y la reafirmación de una nueva identidad. Voy a tomar esta nota como un estímulo y una demanda, ciertamente existimos en la sociedad y de ninguna manera debe ser “ausente”.

Categorías: Cultura

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