Héctor Villalba pasó de ser albañil en Argentina a convertirse en modelo de firmas como Armani, Salvatore Ferragamo, Dior, Hermes y Bally, en Hong Kong, cuenta Vértigo Político.

Desde que era menor de edad comenzó a trabajar con su papá en la construcción, pero también tuvo empleo de mesero, panadero, electricista, bartender y encargado de un restaurante. Todo ello durante el gobierno de Fernando de la Rúa, en Argentina. 

A los 15 años tuvo su primer acercamiento al modelaje: “Sucedió cuando caminaba con mi mamá por la calles de Buenos Aires. Moríamos de la risa porque éramos del campo”, cuenta.

A los 27 años, Villalba viajó a México donde vivió un tiempo en Acapulco, Guerrero.

“Empecé a trabajar como animador y bartender en un antro llamado El Círculo, recibía propinas, me daban comida y cuando cerraban ahí podía dormir en una cama en medio del la pista con un tubo a mi lado”, platicó sobre su experiencia en el puerto.

En Acapulco, una agencia de modelos lo invitó a trabajar en el Distrito Federal y Chihuahua.

En 2014, recibió otra oportunidad en el modelaje que le permitió viajar a China,  donde al principio la pasó mal.

“En Shanghái me dejaron sin departamento, ni boleto de regreso a México de un día para otro. Me pedían trabajos horribles y turbios que no me gustaron. Sentía que estaba perdiendo el tiempo”, comentó sobre sus primeros días en China.

Aunque casi lo deportan en China dijo que la constancia le ayudo a superarse.

 “Tienes que llevar una disciplina muy grande, combinar y crear una agenda enfocada a tu salud, personalidad y trabajo. En Shanghái debes trabajar de enero a enero, de lunes a lunes, es algo impresionante. Debesejercitarte temprano. Trabajo con máquinas, hago CrossFit; artes marciales mixtas y después corro tres picos de la montaña Victoria Peak.

Villalba apareció en portadas de revistas como Squire, Gafencu y JMen y en pasarelas para Armani, Fila, Crocs, Shanghai Tang y Lilanz.        

Actualmente trabaja en la empresa DreaModels y su próximo proyecto es modelar para Dolce & Gabanna.