China, en la CTA y en la televisión pública
El Plenario Nacional de la CTA deliberó ayer en la ciudad de Santa Fe (continúa hoy) y uno de los temas de la jornada fue la relación entre por Argentina y la República Popular China. Si bien hubo una ponencia específica sobre el tema, a cargo de uno de los invitados, el periodista y codirector de Dang Dai Néstor Restivo, otros panelistas como el sociólogo Atilio Borón, el embajador de Cancillería Oscar Laborde y el economista Eduardo Basualdo abordaron el cuestión, seguidos por más de 200 delegados de gremios de todo el país, lo que muestra el creciente interés en el tema. Y la preocupación sindical, como manifestaran también la CGT y gremios de transporte ayer mismo al anunciar un paro para marzo. También trató el tema en su última edición el programa Visión 7 Internacional, de la TV pública, que entrevistó al economista Gustavo Girado.
La apertura del Plenario, ayer en el hotel colonia de vacaciones UNL-ATE
El Plenario de la Central de los Trabajadores Argentinos, el primero tras la elección de su nueva mesa dirigente y hecho en un hotel de Santa Fe propiedad de la Universidad Nacional del Litoral y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) -una experiencia académico-sindical inédita en el país y en el mundo en su tipo, según dijo en la apertura el secretario general de la CTA, Hugo Yasky- abordó el tema China desde la perspectiva de los trabajadores y su interés en conocer y debatir el rol de China en el nueva escenario global, su relación con América Latina y los convenios bilaterales firmados con Argentina en torno a la participación de trabajo e insumos locales en las inversiones comprometidas.
Restivo historió el proceso de “re-emergencia” china a escala mundial, caracterizó su etapa de desarrollo actual y planteó los desafíos, riesgos y potencial de los acuerdos, desechando algunas críticas de la oposición sobre “invasión” de trabajadores chinos o “improvisación” en la elección de un socio estratégico, cuando el kirchnerismo viene trabajando ese vínculo bilateral prácticamente desde su inicio, con el primer intercambio de visitas presidenciales en 2004, hace ya once años, y escalonada en el medio con un sinfín de acciones conjuntas en casi todas las áreas y niveles del Estado, inclusive provinciales y municipales. Habló también de las asimetrías inevitables y otras que se pueden mejorar con China para equilibrar más el intercambio, del rol del sector privado, de la puja de intereses con otros actores globales y de los acuerdos, con sus ventajas e interrogantes, en áreas como lo nuclear, lo ferroviario, las represas y el agro.
Borón trazó un mapa de la geopolítica actual con el declive relativo de Estados Unidos como potencia dominante (reconocido por sus propios analistas más influyentes, como Zbigniew Brzezinsky) y de la creciente presencia China en lo que EEUU siempre definió como Mare Nostrum, por el Caribe, y su “patio trasero”.
Ya a fines de los años 90, dijo, ZB en su libro El gran tablero mundial planteaba que uno de los riesgos que tenía para el siglo XXI a Washington era algún acuerdo entre China, Rusia e Irán, el cual, pese a que el influyente estratega norteamericana asignaba baja posibilidad, se concretó por ejemplo con el acuerdo del foro de Cooperación de Shanghai o los recientes lazos estratégicos entre Beijing y Moscú. Varias tensiones actuales en el mundo, ubicadas en los márgenes de Rusia y China o en sectores económicos que esas potencias manejan, señaló, tienen que ver con la preocupación del Departamento de Estado en la fase de “principio de descomposición” de su hegemonía mundial. Brzezinsky retoma el tema en su nuevo libro aún no traducido al español Strategic Vision.
Laborde reclamó más integración en el Cono Sur para prevenir “golpes suaves” (como los que derrocaron a los presidentes Mel Zelaya en Honduras y Fernando Lugo en Paraguay, y sufrieron su intento otros como Rafael Correa, Hugo Chávez y Nicolás Maduro o los gobiernos kirchneristas y del PT brasileños) pero también para aprovechar mejor la relación con China, con una negociación de conjunto. Pero reconoció las dificultades de armonizar posturas e igual hicieron los demás panelistas. Incluso Basualdo lamentó que, por ejemplo en el caso del swap entre Bancos Centrales, Brasil no hubiera hecho lo que hizo China aun teniendo reservas monetarias que multiplican por más de diez las que tiene Argentina y necesitaba reforzar. Borón también fue crítico del sistema brasileño en cuanto a su verdadero compromiso con la integración sudamericana, que Laborde defendió como prioridad, pese a las dificultades de su construcción, para profundizar los procesos de cambio que vivió la región en la última década.
La cuestión de las inversiones en puertos, ferrocarriles y obras públicas de interés latinoamericano pero también chino fuero otros de los tópicos, en el caso argentino vinculado por ejemplo al plan agroalimentario 2020. En ese sentido se abordó el tema de manejo de puertos y del comercio exterior en manos privadas y extranjeras como un obstáculo a mejorar y se reclamó más presencia estatal en el control de esas actividades.
En cuanto al programa de la TV Pública, Girado defendió la idea de asociarse con China pero llamó a que Argentina clarifique sus objetivos, así como el rol de China tiene muy desarrollada sus metas comerciales y de intercambio con América Latina. Esa necesidad de tener una estrategia clara y de largo plazo por parte del Estado nacional, para saber qué esperar exactamente de la relación con China y actuar en consecuencia, también fue planteada en el plenario nacional.La relación bilateral, dijo Girado, que coordina el Observatorio del Asia Pacífico en la Universidad Nacional de La Matanza, “no tiene por qué ser riesgosa, en la medida en que Argentina sea suficientemente cuidadoso de mantener en claro qué es lo que quiere y tiene una estrategia; China, lo suyo, lo tiene muy claro”.
Ver entrevista de la TV Pública en este video
https://www.youtube.com/watch?v=AA1_Br6wkzI&feature=youtu.be
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