Por un vínculo que no descuide el desarrollo industrial
En Miradas al Sur, Eduardo Anguita conversó de diversos temas con el economista Héctor Valle, de la FIDE, y el sociólogo Martín Schorr, de Flacso. En una parte de la nota se hacer referencia a los acuerdos con China, sobre lo cual Valle pidió replantear la discusión “parte por parte” y -para compensar asimetría- avanzar por ejemplo en las capacidades industriales y tecnológicas que tiene Argentina en materia nuclear, en tanto Schorr fue crítico de la falta de integración industrial en el vínculo bilateral.
–¿Qué opinan sobre el convenio con China, que en algún sentido puede ser mejorar la relación para variar la matriz de relaciones de poder con otros sectores del mundo, pero que también nos pone con ese país en una situación al menos compleja?
H.V.: –Tiene que ser objeto de un replanteo en el sentido de plantearnos que, a partir de este proyecto, debemos sentarnos a negociar parte por parte. La Argentina, con el gran desarrollo de Atucha II, generó una capacidad tecnológica y especializada muy importante…
–Además está Atucha III…
H.V.: –Atucha III que se va a hacer con los chinos. En ese terreno, la Argentina tiene que poner condiciones para maximizar la participación de toda la cadena industrial montada alrededor. Ahora, ojo, que también ahí tenemos el problema que, en general, en todos estos proyectos, se ve que los proveedores son gente muy ambiciosa en cuanto a su rentabilidad. El proveedor es un tipo que, por un lado, le deriva a la empresa del Estado todos los problemas, pero exige un nivel de retribución muy importante, sobre todo los problemas sindicales. Y generalmente los proveedores son uno o dos. Entonces no es tan sencilla la cuestión. La vía más sencilla es decirles a los chinos que vengan y traigan las máquinas, pero no es lo que más conviene a un proyecto de industrialización.
M.S.: –Creo que Valle nombró algo que está absolutamente ausente en todos estos tipos de convenios: la integración industrial. Por ejemplo, en el desarrollo de lo que van a ser las centrales hidroeléctricas en Santa Cruz, todo es capital y tecnología china. Y ahí opera mucho el efecto de la sustitución inversa. Se mencionó algo interesante, que es esta idea del “compre argentino” y del poder de compra estatal. Una de las cláusulas explícitas en el convenio que la Argentina suscribió con China es la adjudicación directa. Entonces, a mí me parece que hay toda una visión de gente como Héctor, bien industrialista y con una proyección estratégica, pero también es cierto que dentro del Gobierno hay quienes están viendo esto como una cuestión de resolver con una situación de corto plazo que tiene que ver con la disponibilidad de divisas o con la propia crisis energética o la crisis del sistema de transporte. No veo sectores que estén pensando la cuestión industrial en el Gobierno con una visión más estratégica y más estructural. El acuerdo con China que firma la Argentina es, para mí, muy perverso en estos términos de la integración industrial. Corremos el riesgo de consolidarnos como proveedores de recursos naturales, de materias primas y el efecto desplazamiento de los desencadenamientos y de los desarrollos industriales tecnológicos nuestros por parte de China, que ya es una realidad, se va a profundizar. Sólo para dar un dato, en 2005, de todos los bienes de capital que importaba la Argentina el 3% venía de China; hoy, de todos los bienes de capital que importa la Argentina, más del 22 o 23% viene de China. Eso desplaza a Brasil, por lo tanto en el mercado brasileño también desplazó a bienes de capital que la Argentina exportaba. Esta discusión del Mercosur hay que darla también en ese espacio, y mucha de esa penetración china operó sustituyendo producción nacional existente y competitiva, con lo cual me parece que hay una mirada estratégica que es la que está planteando Héctor, interesante, de cómo hacer estos convenios para traccionar ciertos instrumentos industriales a partir de la masa crítica existente. A mí me atemoriza la firma el convenio de este con China que marca la adjudicación directa.
H.V.: –Convengamos que no es sencillo tratar con los chinos porque yo tengo gente amiga que está en la industria textil y dicen que en Brasil los chinos han barrido a la industria textil. Uno les plantea rebajas de precios y aceptan, pero llega un punto en que es imposible, entonces tiene que haber un gobierno que tenga muy metida en la cabeza esta idea porque, efectivamente, tenemos un problema de reservas y esto nos resuelve tener un umbral mínimo de reservas como para evitar estas corridas contra el peso, pero la contraparte es este tema del desarrollo tecnológico donde no solamente tenemos el tema de la industria, tenemos el tema del daño medioambiental que no es menor y no es un tema que les preocupe demasiado a los chinos ni tampoco les preocupa a los americanos ni a los rusos. El tema medioambiental es un tema que les tiene que importar a los gobiernos, porque toda multinacional te pide que no los jorobes con el medio ambiente, que no haya normas sindicales, que la legislación sea la de Nueva York, que ellos puedan remitir todas las titularidades, bueno, entonces sí hacen las inversiones pero no sé si eso es lo que más conviene en términos nacionales.
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