La música contemporánea china en la mirada de Horacio Lavandera

26 enero, 2015

De a poco, la música clásica china empieza a ocupar un lugar. Al Teatro Colón han venido el más mediático de sus pianistas intérpretes, Lang Lang, ya dos veces, y el director Tao Fan, cuya batuta dirigió la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Al Coliseo, la pianista Xiayin Wang, y al Teatro Solís de Montevideo, el pianista Mei-Ting. En otros ámbitos internacionales también se luce la pianista Yuja Wang y desde el Conservatorio de Beijing se hace conocer el compositor Xiaogang Ye. De todo ese fenómeno habla en esta nota exclusiva para Dang Dai uno de los músicos argentinos de mayor proyección en la actualidad, Horacio Lavandera.

El autor

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Un aporte fascinante a la música contemporánea

Por Horacio Lavandera

El fenómeno del que estamos siendo testigos en la música contemporánea china no tiene nada de casual. Hay un esfuerzo colectivo y con apoyo oficial, y un sustrato cultural de varios milenios, que hace que muchos artistas chinos hoy presenten tan alto nivel. Hay una decisión de que los jóvenes tengan acceso a la música, hay convenios con las universidades y los conservatorios más importantes de Europa y de Norteamérica, hay una escala de compras y producción de instrumentos muy importantes, es decir, hay una política para que ello ocurra, no es algo que emergió por azar.

Lo que vemos de China en cuanto al crecimiento de su mercado interno y de una nueva clase media ofrece, por otra parte, el ambiente propicio para que jóvenes músicos desarrollen sus aptitudes y preferencias como un camino de crecimiento profesional y personal. Todo ese contexto es el que genera un piso sistemático para el arte, la música, el deporte u otras expresiones de la cultura, los resultados surgen de ese contexto. Es un ejemplo de lo que deberían hacer los países en desarrollo, por supuesto respetando cada uno sus idiosincrasias, pero generando políticas que potencien la cultura e inclusive los negocios que ella genera. En el caso particular de un músico -también de otros artistas- hay un gran esfuerzo de dedicación, horas y horas de trabajo, y solo puede generarse con un entorno que no lo obligue a derivar energías  y esfuerzos hacia otras actividades, sino focalizarse en lo que ha elegido. En esa tarea están muchos jóvenes chinos.

Vivo en Madrid desde hace unos años, y ahí conocí casos así, chicos y chicas de la República Popular China que me cuentan de las dificultades que enfrentan, porque no todo es idílico, pero que valoran el esfuerzo colectivo en su país para fomentar las artes en este actual contexto de China en el mundo.

Con la compra y fabricación de instrumentos pasa otro tanto. Los fabrican de todas las calidades, desde los dedicados a estudiantes hasta instrumentos para profesionales. Recientemente una muestra fue la donación que hizo la empresa de telecomunicaciones Huawei al Ministerio de Educación argentino, que lo destinó a escuelas rurales.

El aporte de China a la música contemporánea es fabuloso.  Su música presenta un mundo de escalas, de melodías muy tradicionales y muy atractivas, de armonías y ritmos muy variados y especiales. Todos los parámetros de la música tienen una sensibilidad muy especial, con gran cantidad de contrastes. Por otro lado, contiene miles de años de composiciones y dan al piano, por ejemplo, pese a ser un instrumento occidental, un carácter singular; traspone el lenguaje musical chino a un lenguaje universal, es maravilloso y refrenda la idea de la música como arte sin fronteras.

Lo que más me interesa de este gran momento de la música china es lo creativo de sus compositores. Hay mucha seriedad, aportan una gran impronta y no algo “exótico”, como a veces mal se dice de lo oriental, sino una propia idiosincrasia que enriquece a la música.

Quiero ejemplificar con un compositor a quien interpreté en España, en el festival del Centro de Difusión de Música Contemporánea (CDMC), y en Argentina, en el Teatro Colón: Xiaogang Ye. He tenido con él contactos vía mail, cartas, llamadas telefónicas e intercambio de discos, y ojalá algún día lo conozca personalmente, ha sido muy generoso.

Xiaogang, que es profesor en el Conservatorio de Beijing, compone una música fascinante, y sus alumnos también, lucen un gran talento y sería muy hermoso que empezaran a conocerse más en Argentina y en Occidente en general. Las piezas de Xiaogang, como la Ballade, tienen un éxito formidable. Justamente él es un caso donde la composición adquiere, en piezas de pocos minutos, contrastes y ritmos maravillosos, colores y extremos dinámicos.

Ese aspecto de la música, la composición, es lo que a mí me interesa mayormente. Aprecio la visión y la energía distinta a la occidental que aportan los músicos chinos al mundo de la música. También es mi deseo que se activen acuerdos de intercambio de compositores e intérpretes chinos y argentinos y latinoamericanos para abrirnos más, mutuamente, al enriquecimiento que ofrece la música.

Perfil del autor

Horacio Lavandera (1984) fue vencedor a los 16 años en el III Concurso Internacional de Piano Umberto Micheli, realizado en el Teatro Alla Scala de Milán. Asimismo fue premiado por la Orquesta Filarmonica della Scala como Mejor Intérprete de Piano y Orquesta. Desde entonces recorre algunos de los más importantes escenarios de América, Europa y Japón, tanto en recitales, como solista de prestigiosas orquestas.

Ha actuado en Herkulessaal (Munich), Radio France (París), Wigmore Hall (Londres), Jordan Hall (Boston), Accademia Nazionale di Santa Cecilia (Roma), Musikverein (Viena),  Hamarikyu Asahi Hall (Tokio), Teatro Real y  Auditorio Nacional de Música  (Madrid), Palacio de Festivales (Santander), La Roque d’Anthéron (Francia), Teatro Municipal (Río de Janeiro), Teatro Colón (Buenos Aires) y junto a prestigiosas orquestas. Desde 2010 ejerce su actividad como director de orquesta, en su doble rol de director y pianista.

Categorías: Cultura

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