Li Keqiang: “El tren no perderá velocidad”
El primer ministro chino, Li Keqiang, dijo ayer que la desaceleración económica del gigante asiático refleja las condiciones mundiales y que se ingresó en una etapa de reformas estructurales moderadas y crecimiento estable que será menor que el de los últimos años.”El tren chino no perderá velocidad ni será menos dinámico”, advirtió de todos modos ante los jefes de Estado y de Gobierno, y los líderes empresariales.
Li apuntó que la economía de su país crecerá un 7% este año, tras el 7,4% de 2014. De todos modos, dijo que el PBI crecerá en términos absolutos en comparación con los años en que el crecimiento era del diez por ciento.
“La economía de China ingresó a un período de nueva normalidad”, dijo Li. “La nueva situación ha hecho más necesaria la reforma estructural. El ajuste (económico) en China refleja la economía mundial”. Las reformas planeadas incluyen liberalizar la economía local y abrir el país aún más al resto del mundo, aseguró Li. “Necesitamos utilizar apropiadamente la mano del Gobierno y el mercado (…) (y) dejar que el mercado tome un rol decisivo”, afirmó.
Li agregó que Pekín alentaría el emprendimiento y la innovación, que dijo podrían “ofrecer una fuente inagotable de creatividad y riqueza” y una “mina de oro” que aprovecharía el país.
La política fiscal, los impuestos, el tipo de cambio y los mercados financieros serán reestructurados, aseguró el primer ministro.
“China seguirá moviéndose en el camino de la reestructuración con gran determinación”, afirmó.
Li aseguró que su país no intenta competir con otras naciones por una supremacía y que las hostilidades regionales deben ser resueltas a través de los canales políticos.
En la reunión del año pasado en Davos, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, expresó preocupaciones sobre un potencial conflicto entre China y Japón, haciendo en ese momento un paralelo con las vísperas de la Primera Guerra Mundial.
Pero desde entonces dichos temores se han aliviado y se ve a ambos países como determinados a mantener a raya las tensiones.
Los expertos creen que para China los grandes desafíos son la mala coyuntura mundial, la ralentización en el mercado inmobiliario y la demanda local, que no acaba de despegar.
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