Cómo creció el interés en Borges entre los chinos
La profesora Long Minli, directora del Instituto Confucio UNLP, presentó el lunes en la Jornada Iberoamericana de Estudios Chinos una completa recorrida sobre el conocimiento e investigación de la obra de Jorge Luis Borges en su país, que arrancó con la traducción de unos pocos cuentos allá por 1972 en Taiwán y hoy cuenta con una treintena de estudios de maestría y ocho de doctorados en China, tras la gran labor de estudiosos como Tai Wai, Can Xue, Chen Kaixian, entre muchos profesores más, como también Zhao Zhenjian o Lin Yi’An.
En la Jornada, que contempló numerosas presentaciones (ver aquí), Long, que proviene de la Xi’An International Studies University (XiSU), contó que el antecedente más remoto que se tiene del interés por Borges por parte de los chinos fueron algunas menciones y la traducción de unos pocos cuentos en 1972 por parte del escritor Tai Wai en Taiwán, en idioma chino tradicional. En 1979 se tradujeron algunos relatos como Sur, y a partir de la década de 1980 se fueron agregando otras traducciones, incluidas dos entrevistas al gran escritor argentino en 1980 y 1981. Desde allí se tradujeron cinco poemas, otros tres cuentos (El jardín de senderos que se bifurcan, acaso el más conocido de Borges en China, dijo la profesora) y en 1983 las primeras “obras completas”, pero que en realidad sólo reunían 42 relatos.
En la década de 1990, pese a las dificultades y lo complejo que siempre representa la obra borgeana, que ella reconoció, más aún con traducciones, fue creciendo el interés y en 1994 se presentó la edición en mandarín de El Aleph, más algunos ensayos, otro de los géneros que exploró Borges.
“También creció la cantidad de artículos sobre Borges y si en los años ’80 registramos 34 artículos sobre él en revistas chinas, en los ’90 se triplicó esa cantidad: sólo en 1999 se anotaron 41 artículos, con gran influencia del investigador y traductor Can Xue y con una gran amplitud de temas, el tiempo en Borges, la muerte, la estética imaginaria, ficción y realidad, la relación de Borges con China, artículos de su esposa María Kodama, entre otros”, dijo.
En los años 2000 siguió creciendo la tendencia y hasta 2010 se escribieron ya 400 artículos, entre ellos muchos del profesor Chen Kaixian de la Universidad de Nanjing, “el Borges chino, como le dijo una vez la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner en una visita a China”, recordó la expositora.
Desde 2008, dijo, hay ya treinta tesis de maestría y ocho de doctorado sobre la obra borgeana. Y se reeditaron Obras Completas.
“En su obra hay muchos elementos chinos, de El sueño del pabellón rojo, o de la mitología china, de sueños y espejos, de la Gran Muralla, él leyó todos esos libros y sabía de esos temas, era un gran conocedor de la literatura china”, sostuvo Long.
Finalmente abogó porque haya más traducciones directamente del chino al español para apreciar mejor “el sabor chino”, ese que se pierde, por ejemplo, señaló, cuando se traducen obras como las del premio Nobel Mo Yan al español pero desde traducciones previas al inglés u otros idiomas. También citó a otro escritor actual, Mai Jia, quien vino a Argentina en 2014 y en varias entrevistas expresó su profundo cariño y admiración por el autor de Ficciones.
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