Messimanía en Hong Kong
La simpatía fanática que despertó Lionel Messi en Hong Kong fue registrada por los medios de comunicación. En este artículo de Clarín se retrata cómo “la messimanía provocó una verdadera fiebre amarilla”.
Lo más probable es que los argentinos no le guarden un espacio en el cofre de los grandes recuerdos de la historia del fútbol celeste y blanco a la goleada por 7 a 0 ante Hong Kong. Pero, sin duda alguna, los locales tendrán el paso de Lionel Messi y de la Selección por suelo asiático atesorado en lo más preciado de su memoria.
La presencia del genio del Barça causó un gran furor entre los hongkoneses, que hicieron de todo para poder acercarse al mejor del mundo.
Los hinchas orientales querían verlo a él, nada más.
Quedó en claro cada vez que la pantalla gigante del estadio lo enfocaba sentado en el banco. Una estruendosa ovación bajaba de los cuatro costados de manera automática cuando lo enfocaban. Lo mismo sucedió cuando La Pulga salió a calentar al costado del campo de juego. Los fotógrafos se olvidaron del partido y se codeaban para tener la mejor imagen suya.
Ni hablar de la catarata de aplausos que generó su ingreso a los 14 minutos del segundo tiempo. Tanta es la idolatría que despierta el ‘10’, que los simpatizantes locales gritaron los dos goles de la Argentina que Messi -rápidamente construyó buenas sociedades con Banega y Gaitán, a quien asistió para el sexto- hizo en contra de su selección. Con esos dos tantos, el rosarino sumó 44 con la camiseta albiceleste y quedó así a 10 de Gabriel Batistuta (54), máximo anotador de la historia del equipo nacional, ya retirado.
“Estoy muy agradecido por el trato que recibo de la gente en cada lugar al que voy”, reconoció el cariño recibido Messi, que hasta le firmó un autógrafo a un hincha que se metió a la cancha en medio del partido.
“Hace mucho que la Selección no consigue ganar nada. Quedamos cerca en el Mundial, pero eso quedó atrás. Estamos preparándonos para ganar la Copa América”, dijo Leo, quien ya viajó junto a Javier Mascherano de regreso a Barcelona.
Los jugadores de Hong Kong también aprovecharon la oportunidad de tenerlo cerca para llevarse un souvenir. Cuando el micro argentino llegó al estadio, fueron varios los futbolistas locales que tocaron la puerta del vestuario visitante para sacarse una foto con Messi. Y al finalizar el partido, poco importó la paliza recibida. Los asiáticos sólo querían llevarse la ‘10’ de Lionel. ¿Quién fue el favorecido? El delantero Christian Annan, quien tras el pitazo del árbitro persiguió a Messi desde el círculo central hasta el túnel. “Me dijo que era el mejor jugador del equipo. Esto es un tesoro. Cuando lo ves por televisión pensás que podés agarrarlo, pero no hay chances, siempre se escapa.
Voy a poner la camiseta en un cuadro. No la cambio ni por toda la plata del mundo ”, relató con orgullo el atacante de 36 años nacido en Ghana.
Allá en Hong Kong, la messimanía provocó una verdadera fiebre amarilla.
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