Con dos goles de Tardelli, la selección de fútbol de Brasil derrotó a la de Argentina por 2 a 0 en un estadio Nido de Pájaros en Beijing, donde 80 mil chinos se dieron el gusto de ver a los jugadores que más admiran. Al final del primer tiempo Jefferson le atajó un penal a Messi -mal cobrado por el árbitro, una falta inexistente a De María-, cuando Brasil ganaba 1 a 0 y pudo haber sido el empate parcial antes de ir al entretiempo. En la cancha, muchos hinchas cantaron por la Selección Argentina. Imitando el español por fonética se escuchó el clásico “Vamo’, vamos, Argentina; vamo’, vamos a ganar, que esta barra…”, y también sonó el “Brasil decime qué se siente”, aquel furor en el Mundial 2014 (aquí, un video). También los brasileños tuvieron su parcialidad de chinos vestidos de verdeamarelho.

Los chinos tienen entre sus ídolos a Messi y Mascherano -algo obvio-, pero también a Lamela y Rojo y les dedicaron sus “porras” para alentarlos. Tambien Neynar y Kaka, que regreso al seleccionado y jugó unos minutos, tienen sus fans. En la mitad del segundo tiempo, un hincha logró ingresar al campo y se tomó una selfie con la Pulga. Lo sacaron rápidamente.

Argentina nunca, salvo el primer cuarto de hora, pudo encontrarle la vuelta a un partido que tuvo en Neymar al más inspirado de un Brasil, superior sobre todo en la faz ofensiva y en la seguridad del arquero.

China pagó ocho millones de euros por el partido, cuatro millones a cada una de las selecciones, más gastos: desplazamiento, hotel, etcétera. La organización, no obstante, había exigido la presencia de Lio y de Neymar en el partido. Su ausencia comportaría una penalización.

Otro gran protagonista fueron las partículas contaminantes PM 2,5 -las más pequeñas y más perjudiciales debido a que pueden penetrar directamente en los pulmones- que se han mantenido más de dos días en niveles quince veces superiores a los considerados “seguros” por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según Greenpeace. En algún momento se habló de que el clásico sudamericano de fútbol estaba en dudas, pero se jugó.

Ahora espera, a la albiceleste, la selección de Hong Kong. Será el martes. Un partido más accesible, en los papeles.