Un gigante con temas pendientes en su interior
Con el título “¿Debe China asumir la mayoría de edad comercial?”, Felipe Frydman, ex embajador argentino en Thailandia y miembro del CARI, analiza en La Nación la revisión de China que hizo recientemente la Organización Mundial de Comercio.
– ¿Debe China asumir la mayoría de edad comercial?
Por Felipe Frydman
La publicación hace algunas semanas de las minutas de la revisión de la política comercial de la República Popular China (RPC), efectuada por la OMC el 3 de julio pasado, muestra la divergencia con los Estados Unidos y la Unión Europea sobre la responsabilidad de ese país en el sistema multilateral de comercio. La delegación china reiteró que a pesar de ser la segunda economía del mundo y la primera potencia comercial, continúa siendo un país en desarrollo que deben encarar “gigantescas tareas de transformación” para superar problemas internos.
El informe dice que China tiene un ingreso per cápita de US$ 7000 que equivale a la posición 84 en el ranking mundial, muy alejada de los niveles de las naciones desarrolladas. Todavía 600 o 700 millones de personas viven en zonas rurales; 128 millones, debajo de la línea de pobreza; 100 millones, en barrios marginales de las grandes ciudades; el porcentaje nacional de valor agregado en sus exportaciones industriales es aún bajo en comparación con los índices de los países avanzados y ocupa el puesto 101 de 187 países en el índice de desarrollo humano elaborado por la Unctad.
Con esos datos, China considera que sus obligaciones en el sistema multilateral deben corresponderse con su nivel de desarrollo.
El comercio exterior de China en 2013 fue de US$ 4,2 billones, correspondiendo 2,3 a exportaciones y 1,9 a las importaciones. El superávit comercial con relación al PBI pasó de 3,2% en 2010 a 2,8% en 2013. Asimismo, China recibió US$ 110.000 millones en inversiones extranjeras en 2013, primero entre los países en desarrollo y tercero, después de EE.UU. y la UE, en el mundo. El informe dice que por primera vez más de la mitad de las inversiones externas se dirigieron al sector servicios, implicando un cambio importante en la nueva orientación de la economía china. Por su parte, las inversiones chinas no financieras en el exterior fueron de 90.000 millones.
DESEQUILIBRIOS
La reducción del porcentaje del superávit comercial es auspiciosa, pero aún es elevado y explica las dificultades para aumentar las importaciones. El gobierno chino está implementando medidas para fortalecer la demanda interna mediante el incremento del consumo, pero todavía se mantiene en niveles del 50%, creando un fuerte desequilibrio consumo-inversión, cuyo exceso de oferta debe volcarse necesariamente hacia los mercados externos.
El crecimiento chino basado en el aumento constante de las exportaciones con un fuerte superávit comercial fue posible en un momento determinado, pero no puede perdurar indefinidamente por el deterioro de las condiciones de absorción del resto del mundo. EE.UU. y la UE mantuvieron durante años déficits en su comercio exterior que terminaron creando un desequilibrio macroeconómico por exceso de consumo y bajo nivel de inversiones que constituyen el espejo de la situación del país proveedor. Pero a China le resulta difícil esta corrección porque el 90% de sus exportaciones son bienes industriales y ocupan a 230 millones de trabajadores, equivalente a una tercera parte de la fuerza laboral, porcentaje sensiblemente superior al de cualquier otra economía y su redistribución hacia otros sectores demoraría largo tiempo por los problemas para su relocalización.
EE.UU., seguido por la UE, Japón y Canadá, encabezaron la lista de reclamos sobre las políticas comerciales de China. Las críticas se centran en la falta de transparencia de las regulaciones, la discrecionalidad en la aplicación de las normas técnicas y sanitarias, violaciones a los derechos de propiedad intelectual, el aumento de los subsidios agrícolas e industriales y el comportamiento de las empresas estatales en el mercado interno y el comercio exterior que limitan las posibilidades de competir de las empresas de otros países. La demora de China en el cumplimiento de las notificaciones de subsidios o programas de apoyo fue reiterado en varias oportunidades; las notificaciones del período 2005/2008 recién fueron hechas en 2010 y ninguna otra desde ese momento cuando todos estiman que hubo un importante aumento en los apoyos a la agricultura y la industria para paliar los efectos de la recesión de la economía mundial.
El papel de las empresas públicas constituye uno de los temas más controvertidos por su gravitación en sectores claves, pero también por sus posibilidades para influir en las decisiones de política económica. El fácil acceso al crédito interno por las estrechas relaciones con las entidades financieras dentro de un complejo entramado del poder, por caso, ha creado un exceso de capacidad productiva y un comportamiento empresarial que no toma en cuenta los resultados económicos.
CONTROVERSIA
La participación de las empresas estatales en el comercio exterior fue motivo de controversia. El informe de la Secretaría de la OMC sostiene que el 70% de las exportaciones son hechas por empresas públicas provocando una fuerte distorsión por los apoyos oficiales. Sin embargo, este dato sería difícil de justificar porque existe una fuerte presencia de empresas multinacionales en las exportaciones industriales.
En cambio, la delegación china afirmó que la participación de las empresas estatales en el comercio exterior pasó de 21% en 2011 a 18% en 2013. Esas cifras no discriminan los porcentajes por exportaciones e importaciones y es posible que sean mayores para el segundo. En muchas de las líneas arancelarias de importación que figuran no teniendo restricciones “legales” aparentes, principalmente aquellas que se corresponden con productos de consumo masivo o estratégicos, el dominio de las empresas estatales como únicos importadores podría afectar la comercialización por razones políticas o económicas. China sostiene que el proceso de privatizaciones ha recibido un fuerte impulso en el Plan aprobado por el Tercer Plenario Cumbre del 18° Comité Central del Partido Comunista celebrado en 2013. El objetivo de las reformas es lograr un mayor equilibrio para que la asignación de los recursos económicos responda a las fuerzas del mercado y las empresas estatales puedan comportarse como unidades económicas competitivas. Hoy, el 61% de la inversión ya es realizada por el sector privado.
Durante las discusiones, la delegación argentina mantuvo una actitud complaciente con el informe brindado por las autoridades chinas aprovechando la ocasión sólo para criticar el nivel de tarifas y las políticas de subsidios agrícolas de “otros miembros”, lo cual constituyó un tema ajeno a la reunión; no hubo ningún reclamo o pedido de información sobre las condiciones de importación para los productos argentinos. La actuación argentina sólo puede comprenderse en el marco de consideraciones políticas o de necesidades financieras porque en términos comerciales el país mantiene un elevado déficit equivalente al total de las exportaciones hacia ese destino.
Los reclamos de EE.UU. y la UE estuvieron dirigidos a lograr una mayor apertura, transparencia y condiciones de competencia de sus empresas en el mercado chino. Al momento del ingreso en 2001, esos temas no eran substanciales y China pudo obtener importantes concesiones por razones políticas y porque mostraba un claro atraso económico y social. Pero la rápida expansión terminó afectando el nivel de actividad económica y creando un desequilibrio externo de difícil sustentabilidad en el tiempo.
SIN SORPRESAS
La UE sostuvo que “no constituye una sorpresa muchas de las declaraciones de los miembros pidiendo que China desempeñe un rol en la OMC de acuerdo a su importancia comercial y que muestre liderazgo en las negociaciones multi y plurilaterales. Los comentarios también reflejan que la OMC está construida sobre principios de transparencia, y que China debe sentar el ejemplo honrando sus obligaciones de transparencia y notificaciones”.
Los resultados de la revisión de la política comercial de China hacen prever la agudización de los conflictos comerciales porque difícilmente ese país acepte acelerar las transformaciones de su estructura productiva en favor de un mayor consumo y una disminución de su tasa de inversiones para favorecer el incremento de las importaciones. La gradualidad de los cambios ha sido la característica principal de la dirigencia china que ha podido justificarlos exhibiendo importantes éxitos económicos, y difícilmente acepte realizar concesiones que sólo favorezcan a terceros.
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