El proceso de abrir las fronteras internas

2 septiembre, 2014

alt

Santiago Villa cuenta en China Files que “China reformó el controversial sistema de hukou para que en el 2020 el 60% de la población viva en las ciudades. Algunos critican la política porque es demasiado tímida y otros dicen que podría fracasar porque mucha gente no quiere migrar. A pesar del escepticismo algunos cambios son estructurales”.


Los resultados de un experimento realizado en el 2012 por tres psicólogas arrojaron que podría haber una fisura estructural en el sistema que regula la migración demográfica en China. Los sujetos fueron niños de colegio entre los ocho y los doce años. El propósito de Sherry Xin Li, Farzana Afridi y Yufei Ren, de la Universidad de Texas, el Instituto de Estadística de India y el Union College, respectivamente era saber hasta qué punto interiorizar las diferencias sociales afectaba su motivación y desempeño, pues a partir de estas conclusiones podrían evaluar el efecto psicológico que generaba sobre la población de China el sistema del hukou, es decir, el sistema que regula el lugar de residencia y la movilidad de casi todos los individuos en el país.

Algunos lo llaman el apartheid chino, otros el equivalente al sistema de castas de India. Las comparaciones no son del todo desacertadas: el hukou, o registro de hogares, es uno de los sistemas de ingeniería social más colosales de la historia por la magnitud de sus cifras demográficas, pues casi el 20% de la población mundial hace parte de él. La comparación con los sistemas discriminatorios surgió porque aquellos inmigrantes que podían ir del campo a la ciudad para trabajar no eran registrados como “urbanos”. Seguían siendo “rurales” y se convertían en ciudadanos de segunda categoría. El pasado 30 de julio, el gobierno publicó las reglamentaciones que le darían un giro a esta política.

Desde noviembre del 2013, durante la Tercera Plenaria del Partido Comunista, se anunciaron medidas que no se detallaron. Ahora el Consejo de Estado ha dicho que se relajarán los requisitos según el tamaño de las ciudades. La intención es poblar los centros urbanos intermedios, pues aquellos que tienen más de 5 millones de habitantes, como Beijing y Shanghai, todavía estarán sujetos a estrictas limitaciones.

Algunos cambios podrían tener un profundo impacto en la sociedad de china. Uno de ellos es psicológico. Los niños del experimento representaban una buena parte de los 1.300 millones de habitantes de China. Para el estudio se dividieron a los niños en dos grupos: uno correspondía a los que tenían un registro urbano de hukou (que reciben más privilegios en salud y educación, y por lo tanto son vistos como de estatus superior), y los otros tenían registro rural y habían emigrado del campo a la ciudad.

Las psicólogas les insistieron a los niños cuál era la importancia de la diferencia en su estatus, para que la interiorizaran, y luego midieron su desempeño en algunas tareas.

“El hacer evidente y público el estatus hukou del individuo reduce en 10% el desempeño de los niños migrantes en las actividades que se les asignan”, publicaron en el estudio titulado “Inequidad social e identidad: el impacto del sistema hukou de China”.

“La evidencia pone de relieve el efecto que tiene la identidad social creada administrativamente sobre la respuesta intrínseca de los individuos hacia los incentivos. Esto tiene el efecto de exacerbar la inequidad y la distribución de ganancias que en un país en desarrollo se logran gracias al desarrollo económico”, se escribió en el estudio. “Incluso en una sociedad étnicamente homogénea como China, varias décadas de política sistémica de exclusión social pueden jugar un poderoso papel en crear identidades, y por lo tanto influyen en el comportamiento individual”.

La abolición de esta distinción, por ejemplo, fue uno de los cambios importantes que se dieron al sistema del hukou el 30 de julio. Ahora, todos los registrados figurarán como “hukou residente”, ofreciendo una igualdad en derechos a todos por igual, sin establecer diferencias sociales.

“Aunque se han llevado a cambio programas piloto en muchas regiones locales, esta es la primera vez que se introduce una reforma al hukou a nivel nacional”, le dijo al diario oficialista Global Times el profesor de derecho Hu Xingdou, del Instituto de Tecnología de Beijing. “Es tan importante que podría verse como la versión China de la Acción Afirmativa estadounidense, que se introdujo en 1961 para luchar contra la discriminación étnica”.

En esta ocasión, el Consejo de Estado publicó un plan que dejaba claras las intenciones de fortalecer la población de las ciudades intermedias. Para el 2020, el Estado planea que el 60% de la población en China sea urbana, en comparación con el 53% de hoy, según cifras del Banco Mundial.

El gobierno chino ha controlado la fuerza laboral y el poder de consumo de su inmensa masa poblacional como una hidroeléctrica lo haría con una represa de agua: liberando su potencial energético poco a poco.

Según un estudio hecho por Guy Taylor, experto en demografía del London School of Economics, en 1995 la población migrante flotante, es decir los trabajadores a quienes se les permitía migrar sin limitación, fue de 56 millones. En el 2000 de 143 millones, casi lo mismo que los 147 millones del 2005. En el 2010 fue de 221 millones y se estima que en el 2020 sea de 350 millones. Es decir, se quiere aumentar por casi 100 millones de aquí al 2020 la cantidad de personas que se asienten en las ciudades. Es un ritmo controlado pero vigoroso.

“Las limitaciones tipo hukou, que les permiten a los trabajadores rurales trabajar en áreas urbanas, pero les obligan a regresar a sus hogares rurales para gastar sus ahorros y capital, de hecho acelera la acumulación de capital, y luego el desarrollo económico y cambio estructural en las áreas rurales”, afirma Thomas Vendryes, Ph.D., economista de la École Supérieure de París, en un estudio sobre el impacto del Hukou y el poder adquisitivo de sus habitantes.

Vendryes adelanta entonces una predicción de lo que implicaría eliminar las limitaciones que impone el hukou: “la completa integración entre las áreas urbanas desarrolladas y las rurales en desarrollo podría llevar a un aumento inmediato de la producción. Sin embargo, esto sería pagando el precio de una desaceleración en el ritmo de la acumulación de capital. Aunque se aumentaría instantáneamente la proporción de empleo en actividades modernas, podría causar un ritmo más lento en la transformación estructural a futuro”. 

Categorías: Sociedad

PUBLICAR COMENTARIOS