Cómo convivir en empresas
El número 9 de Dang Dai, de reciente aparición, incluye esta entrevista a Alejandra Conconi donde la experta habla del diálogo intercultural en las empresas. Licenciada en Estudios Orientales, Alejandra repasa cómo se interactúa en compañías argentinas donde hay convivencia entre locales y chinos, cada uno llevando a cuestas sus costumbres cotidianas y laborales. “Mi objetivo –dice- es hacer visible la diversidad y luego usarla para construir valor”. En Leer más, la entrevista.
– Lo diverso crea valor
Desde hace varios años la licenciada en Estudios Orientales Alejandra Conconi lleva a cabo trabajos de entrenamiento y capacitación intercultural para empresas establecidas en Argentina en las que el entendimiento entre argentinos y chinos es imprescindible para conseguir un funcionamiento eficiente y crear valor.
— ¿En qué consiste tu trabajo?
— Parte de mi trabajo es romper la categoría “chinos”, que lleva a percibir que “los chinos son así y piensan así”. Para poder trabajar con personas provenientes de otra cultura es indispensable comprender las diferencias, y no hay modo de hacerlo sin conocer al otro. Cuando se conoce a los chinos se entiende que es imposible englobarlos a todos en el mismo conjunto. En el ámbito de una empresa, los trabajadores locales se encuentran con una heterogeneidad de personas con experiencias muy disímiles. Puede haber un ejecutivo que pasó más de diez años en Italia. Las diferencias generacionales son muy marcadas. En los mandos medios y altos en las empresas hay ejecutivos de más de 50 años que conocieron la Revolución Cultural y se desarrollaron en el período de Reforma y Apertura, tuvieron posibilidades de trabajar y ganar dinero. Para ellos la autoridad es muy importante y por tanto la obediencia a las jerarquías organiza las relaciones laborales. Sienten un compromiso muy fuerte con los objetivos de la empresa, por ejemplo siendo muy cuidadosos con los gastos. Por otra parte, los chinos que tienen entre 25 y 30 años, muchos de los cuales llegan formados en carreras relacionadas con el idioma, tienen una idea muy diferente del ahorro. No encaran el trabajo con conceptos muy cerrados, sino que son más flexibles y dejan que la realidad hable.
— ¿Cómo desarrollás un programa de intermediación cultural?
— Comienza por una fase expositiva, en la que explico qué significa que la cultura china sea milenaria, cómo los chinos se perciben a sí mismos, su plan de carrera, su idea de los beneficios laborales, su tiempo laboral, la estructura de la autoridad que traen. También cómo nos perciben. Esto da a los argentinos la posibilidad de no situarse como el ombligo de la empresa, y así puede funcionar un principio de equilibro multicultural. Por otro lado, debo hacer que los chinos lleguen a comprender los criterios naturalizados que forman la idiosincrasia de los argentinos. Luego trabajo sobre las expectativas, generalmente sobre la incomprensión y la frustración resultante, y por otro lado los puntos en común y el entendimiento. Mi objetivo es hacer visible la diversidad y luego usarla para construir valor.
— ¿Cuáles son los principales puntos de conflicto intercultural?
— En el plano de la carrera laboral, los empleados chinos llegan con una cultura de los negocios y una legislación diferente. Es común que a un argentino le choque que el jefe lo llame un feriado y que los chinos queden azorados por el poder de los sindicatos, con el que toman contacto en la negociación de las condiciones laborales y las medidas de fuerza. Se dan casos como el de trabajadores argentinos que al tratar algún tema referido a un jefe, sienten empatía con sus compañeros chinos, pero luego delante del jefe los chinos no lo enfrentan. Los argentinos se sienten traicionados, lo que tal vez no sucedería si comprendieran que hay diferentes maneras de expresar la insatisfacción. Los chinos dialogan con sus superiores, pero respetando la investidura, lo que ellos llaman “rostro”. Hablan con los jefes, pero en privado, porque no conciben exponerlos. Los argentinos estamos más hechos al feedback. Para motivarse en el ámbito de trabajo, los argentinos necesitan información precisa, pero con los chinos hay que ser pacientes. Ellos escuchan, no cuestionan constantemente y no hacen tanta devolución. Eso causa inseguridad en los argentinos.
— ¿Con qué empresas trabajás?
— Algunas son chinas que se instalan en Argentina, otras compran una empresa establecida en Argentina, empresas mixtas y empresas argentinas que trabajan con China.
– ¿Cómo te preparaste para esta tarea?
– En principio hice la licenciatura en Estudios Orientales en la Universidad del Salvador. En China cursé un posgrado en lengua china, tuve jefes chinos durante varios años y el tiempo que viví allá pasé por muchas frustraciones que me dieron un material muy rico para lo que hago ahora.
PUBLICAR COMENTARIOS