Tras la visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a Argentina este fin de semana, estos días será el turno del presidente chino Xi Jinping. Algunos enfoques son sorprendentes. En La Nación, Diego Cabot, contra toda evidencia (salvo que se ignoren, como hace, inversiones como las del ICBC en Argentina o de Bagó en China, a las que ni nombra), afirma que de la “voluntad millonaria” expresada en 2004, cuando se dio inicio a la “relación estratégica” quedó muy poco (¡sic!) y que fue más bien “Un cuento chino”, como la película, una comparación falsa y, además, remañida. Con tal de pegarle a cualquier cosa donde intervenga el gobierno nacional, el diario mitrista se anota. Hay hoy ya 4000 millones de dólares chinos invertidos en el país y el comercio se multiplicó, para hablar sólo de la esfera específicamente económica del lazo binacional. María Oliva, de El Cronista, viajó a China y anuncia que vendrán con Xi 102 empresarios pymes (aunque en China lo de pymes es relativo) y 30 de grandes firmas estatales. Néstor Restivo, codirector de Dang Dai, escribe en Página/12 sobre la posibilidad de que el vínculo bilateral salte a una relación “estratégica integral”. Y Silvia Heguy, en Clarín, entrevista a especialistas que reclaman más claridad en la estrategia del lado argentino.

Las notas de El Cronista, Cash, La Nación y Clarín