Sudamérica, los Brics y la nueva multipolaridad
Durante un debate de cara a la cumbe del Brics que se hará en Brasil este mes, el embajador Oscar Laborde planteó que Argentina y su espacio regional deben aprovechar los nuevos intentos de multipolaridad pero “sin encandilarse” y enfatizando la prioridad de seguir construyendo la integración y la inclusión social en Sudamérica, que parece estancada, advirtió, en tanto el economista Gustavo Girado reparó en las condiciones mercantiles de las nuevas construcciones donde seguirían primando los intereses de las multinacionales. Néstor Restivo, de Dang Dai, valoró el espacio en que juegan Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica en términos de alternativas (por ejemplo si se consolidan líneas de financiamiento) para el desarrollo de países como Argentina, que fue invitada especialmente a participar de la reunión de Fortaleza. Lo debatieron esta semana en una reunión organizada por el Instituto Argentino de Estudios Geopolíticos, IADEG.
Para Laborde, que en Cancillería es Representante Especial para la Integración y la Participación Social, el surgimiento del Brics se da en el marco de una ausencia de alternativas al capitalismo, que permitió aflorar polos como el propio de Latinoamérica, aunque juzgó que luego de la muerte de Hugo Chávez y de Néstor Kirchner el proceso está estancado (por ejemplo en Unasur, Banco del Sur, etc.). También, dijo, por algunas tendencias de Itamaraty y de la burguesía paulista y de otros espacios regionales (las nuevas derechas, y las acciones de la derecha estadounidense) refractarias a las ideas transformadoras en Latinoamérica, en especial en el Cono Sur. “Si Brasil privilegia al Brics por sobre el Mercosur sería fatal”, dijo, aunque ponderó al grupo de naciones que se reunirá en su sexta cumbre en Fortaleza como contrapeso a la estructura de poder occidental.
Girado señaló que el Brics nació y opera en forma “reactiva” y con un rol de negocios y de multinacionales muy fuerte. Expanden relaciones capitalistas de producción, señaló, poniendo en cuestión, para fomentar el debate, si forman o no nuevas alternativas de desarrollo. Al comenzar la crisis de 2008 y un reacomodamiento del G-20 y del FMI y otras instancias, la reacción fue armar una estructura para debatir ciertos puntos, pero su expansión en países de África, Asia o América Latina tiene como vector nichos de mercado, opinó. Y la institucionalidad de herramientas como el Banco Brics a formarse es todavía “muy vaga”.
Restivo señaló que de algún modo el Brics retoma ideas del siglo XX en torno a los No Alineados o tercermundistas cuyos proyectos se frustraron por límites propios, la crisis de los 70 y la consiguiente contraofensiva del capital y finalmente el auge neoliberal. Pero que en el siglo XXI, con el retroceso relativo de EE.UU. y más pronunciado de Europa, hay espacio para una nueva multipolaridad. Coincidió con Laborde en privilegiar el espacio sudamericano, y si bien reconoció el carácter capitalista del sistema mundial dijo que los países que forman los Brics tienen en su seno características híbridas y de presencia de Estados como agentes de cambio que podrían alumbrar otros modelos de desarrollo.
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