Malena, Zhu y Baldinelli.

“Chinos y argentinos vamos aprendiendo a relacionarnos. Asumimos el desafío de trabajar y hacer negocios juntos”, dijo el gerente de Relaciones Institucionales del banco ICBC, Marcelo Dupont, en la presentación de la jornada Proximidad China, clave y desafíos, que tuvo lugar en el auditorio de la Fundación ICBC con disertaciones del consejero Político de la Embajada de China, Zhu Jingyang; el director de la carrera de Estudios sobre China Contemporánea de la USAL, Jorge Malena, y el director de la fundación, Elvio Baldinelli.

Con solidez académica Jorge Malena ofreció un análisis comparativo de las técnicas de negociación occidental y china. Explicó las diferentes acepciones del concepto de “negociación” en la cultura china y se explayó en cada una de sus etapas: la prenegociación, el inicio, el sondeo del oponente, el quid pro quo y finalmente la postnegociación.

Baldinelli advirtió que la certeza de que China comprará siempre toda la producción agrícola argentina puede ser una ilusión. “También pensamos lo mismo de Europa, pero la perdimos, y además se convirtió en exportadora, con lo que perdimos además otros mercados”. Para evitar este riesgo enfatizó la necesidad de diversificar nuestras exportaciones a China. En el 2005 le vendíamos otros productos además de soja, que concentra hoy el 71% de las exportaciones, y ahora les vendemos productos que antes no, lo que significa que hay posibilidades de diversificar, planificando, invirtiendo con apoyo del Estado”.

Finalmente, el consejero Zhu repasó algunos aspectos de su país. “China es, de las civilizaciones milenarias, la que desarrolló su cultura sin interrupciones. Eso nos da mucha confianza en nuestros valores”. También explicó que “somos  un país que  pasó muchas vicisitudes, consecuencia de lo cual “el pueblo chino se opone al uso de la fuerza y a cualquier injerencia en asuntos de otros países.

Sobre el régimen político de China señaló que luego de la Revolución de 1911, “que terminó con un sistema imperial de miles de años, ensayamos diversos modelos de gobierno importados: monarquía constituyente, multipartidismo, presidencialismo y otros. Al fin el pueblo chino eligió el sistema socialista y aunque hubo reveses, supimos corregirlos y avanzar. Hoy tenemos un socialismo de particularidades chinas. Encontramos un camino adecuado a nuestras condiciones nacionales. En él vamos a persistir. No tenemos ninguna razón para abandonarlo”.

El diplomático remarcó, asimismo, que aunque sea la segunda economía del mundo, China aún es un país en vías de desarrollo, “con 200 mil personas por debajo de la línea de pobreza, según el Banco Mundial”.