A un paso de superar a los Estados Unidos
Según los últimos cálculos del Banco Mundial, China terminará el año desplazando a Estados Unidos del puesto que mantiene desde 1872. Esto sucede varios años antes de lo previsto por todas las estimaciones, aunque seguirá detrás en términos de poder adquisitivo, medio ambiente y calidad de vida. Aporta 25% al PBI global.
Según los últimos cálculos hechos por el Programa de Comparación Internacional (ICP), auspiciado por el Banco Mundial, China está a punto de superar a EE.UU. como la mayor economía del mundo este año, desplazando a EE.UU. de un puesto que ha mantenido desde 1872.
Esto sucede varios años antes de lo previsto por todas las estimaciones y refleja la importancia que ya tiene la economía china para el resto del mundo.
Desde la crisis financiera, China contribuye cerca de 25% del crecimiento global y, aunque se está desacelerando, ese aporte quizas siga aumentando, dado el gran tamaño que ha alcanzado su economía.
Probablemente la noticia será recibida con regocijo por parte del presidente Xi Jinping, que colocará el cartel que diga “mayor economía del mundo” en la vitrina de trofeos dedicada a su campaña por el “gran rejuvenecimiento de la nación china”.
Pero mientras China como país podrá muy pronto ocupar el primer lugar, la calidad de vida de los chinos promedio es muy inferior al de los residentes de muchos otros países en desarrollo, sin mencionar a los países occidentales.
Antes de los últimos cálculos, la economía china ocupaba el puesto 93 en términos paridad de poder adquisitivo (PPA) per cápita, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Eso ubica al gigante oriental por delante de Turkmenistán y Albania, pero bien atrás de Libia, Azerbaiyán y Suriname.
Lo cual significa que en promedio 1.300 millones de habitantes chinos probablemente tarden muchas décadas en alcanzarla calidad de vida occidental por muchas décadas.
Además, hay duda sobre la calidad de las cifras sobre los cual se hacen los cálculos. En un país tan vasto, controlado por un gobierno autoritario que a veces manipula los datos con fines políticos, medir el verdadero tamaño de la economía es muy difícil.
Según algunos cálculos, la economía china podría ser al menos 20% superior a lo que muestran los datos oficiales, gracias a la gran cantidad de ‘ingresos no declarados’ ilegales e incontables, como los que provienen de los actos de corrupción.
Agreguémosle a eso una gran y floreciente industria sexual, numerosos vendedores callejeros ilegales y otros sectores de servicios que no se cuentan en las estadísticas oficiales y es muy probable que la economía china haya superado a la economía estadounidense hace ya varios años.
Por otra parte, los funcionarios del gobierno local a menudo exageran las cifras de crecimiento para mejorar sus posibilidades de ascenso, distorsionando de este modo los datos en el sentido contrario.
La pregunta de cuándo exactamente China superará a EE.UU. en términos de la PPA es menos polémica cuando se reconoce que esto seguramente sucederá (incluso tomando en cuenta el tipo de cambio real) dentro de los próximos cinco o diez años.
Probablemente lo más importante sea la calidad del crecimiento y el impacto real que tiene en la vida de las personas comunes.
En las repletas megaciudades chinas, los ciudadanos comunes se preguntan de qué les sirve el mayor PBI si no pueden respirar el aire, ni beber el agua y si una visita al médico o comprar un departamento puede llevar a la familia entera a la quiebra.
Muchos chinos, incluyendo al Presidente Xi, aún prefieren mandar a sus hijos a estudiar a Occidente y, si cuentan con esa opción, aún prefieren ser ciudadanos comunes en países ricos que ciudadanos ricos en un gran país pobre como China.
El dragón es todavía una superpotencia incompleta
Para quienes temen al inexorable ascenso de China, los datos económicos publicados esta semana ofrecen poco consuelo. El Programa de Comparación Internacional, auspiciado por el Banco Mundial, actualizó las cifras del PBI en términos de la paridad del poder de compra y mostró que China este año se convertirá en la economía más grande del mundo superando a Estados Unidos.
Muchos economistas asumieron que el gran “zarpazo” se produciría en 2019. Pero actualizando los costos de los productos y servicios, los economistas redujeron la brecha significativamente. Esos cambios sugieren que está por terminar la era del dominio económico global de EE.UU.
El milagro económico de China sigue sorprendiendo. Desde 2000, las tasas de crecimiento anual, promediadas en 10%, multiplicaron por cuatro el PBI. Con ese ritmo de expansión, se sabía que China superaría a Norteamérica, que se está desacelerando. El gigante oriental es el proveedor mundial de artículos baratos; el año pasado se convirtió en líder del comercio mundial, desplazando de ese puesto a EE.UU. El yuan es la séptima moneda más usada y en 2013 China generó un superávit de cuenta corriente cercano a u$s 200.000 millones, comparado con el déficit norteamericano de u$s 400.000 millones.
Antes de decepcionarse demasiado, los estadounidense deberían poner las cosas en perspectiva. El PBI es limitado como medición del mérito de una nación. China sigue siendo un país en desarrollo. En términos per cápita, Estados Unidos en cinco veces más rica. Las cifras absolutas dicen poco de las diferencias en salud, educación y medio ambiente (el impacto de la contaminación es particularmente elevado en las grandes ciudades industriales de China). El índice de Desarrollo Humano de la ONU coloca a China en el puesto 101 entre 186 países: Estados Unidos se ubica tercero.
El éxito económico debe evaluarse respecto de otros datos. La productividad y la inversión importan, al igual que la cantidad de compañías de primera categoría con sede central dentro de los límites del país. También hay que tener en cuenta el tamaño y calibre de las universidades y base científica de la nación. Acá, China empalidece frente a Estados Unidos y otras economías avanzadas.
Que el dragón chino está desplegando sus alas es innegable. Si bien los últimos datos económicos muestran el ritmo del cambio, China todavía es una superpotencia incompleta.
La noticia en El Cronista
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