Las Pymes miran a Oriente
Si no se planifica bien un viaje de negocios a China puede ocurrir que, al tomar un taxi para llegar a una empresa que convocó a una cita, deban viajarse… 450 kilómetros, o que un intérprete no sepa justamente “interpretar” guiños, gestos, a la hora de cerrar un trato, y que se pierda así mucho de la sustancia del pacto. También es necesario entender que China, más allá del gigante mercado que es en sí misma, es “sólo” el núcelo dinámico de una docena de países donde vive casi la mitad de la humanidad y se exporta e importa una tercera parte del total global; que además de vender soja hay margen para colocar y ya se coloca exitosamente lactosuero, diseño, vino, loción capilar, calamar y langostino, válvulas reductoras de presión o servicios educativos de enseñanza del español. De todo esto se habló ayer para un auditorio de Pymes organizado por el programa Primera Exportación de la Fundación Gas Natural Fenosa y Dang Dai.
Gonzalo Villarruel, del CUI, ayer en el auditorio de la Fundación Gas Natural Fenosa.
El economista Gustavo Girado, director de la consultora Asia y Argentina, hizo hincapié en la región mundial que hoy explica la mayor parte de la acumulación y 35% del PBI global. Ello empezó a cobrar fuerza, dijo, luego de la II Guerra Mundial sobre todo por Japón y más tarde por naciones del sudeste asiático, que “tomaban” producciones mano de obra – intensivas una vez que los nipones pasaban a producciones de mayor tecnología. Pero “a ese modelo de desarrollo que se basó mucho en exportaciones e inversiones extranjeras directas irrumpió en las últimas dos décadas del siglo China que con sus reformas y apertura no sólo logró tomar las producciones mano de obra – intensivas sino rápidamente pasar a un escalón de punta tecnológico. Hoy los 14 países que rodean a China ya no exportan principalmente a EEUU y Europa sino a China, que luego reexporta. La fábrica Asia (siempre con un Estado muy presente detrás) tiene cada vez más entramado intra-industrial”.
Gustavo Girado
En ese esquema, dijo, si bien los países latinoamericanos exportan en más de 80 y 90% de su oferta sólo 5 productos (mayormente soja, cereales, mineral de hierro, petróleo o cobre) hay mucho margen para mejorar. De esa concentración, Argentina tiene 92%, sobre todo por soja y derivados. Pero a la vez Girado citó el caso de al menos 20 posiciones arancelarias que desde 2004 aumentaron 200% sus exportaciones a China (con ventas individuales por más de 100.000 dólares) e incluyen productos como los citados en el primer párrafo de esta crónica pero también vinos, diseño, bombones y caramelos, madera acerrada o insecticidas, entre otros.
Gonzalo Villarruel, director de Estudios Internacionales del Centro Universitario de Idiomas, explicó su experiencia como exportador de un servicio “no tradicional”: la enseñanza del idioma. Desde 2004 el CUI comenzó a viajar regularmente a China y hoy tiene una sede en Beijing y acuerdos –el primero fue con el Instituto Bilingo- con varios universidades chinas, además de que aquí provee los contenidos para el Instituto Confucio de la UBA y tiene acuerdos con las facultades de Agronomía y de Ciencias Económicas de esa misma universidad en idiomas. Villarruel destacó la importancia de tener un socio chino, de hacer visitas al menos una vez por año, de invertir en recorrer y estar presente cara a cara, y destacó que con paciencia y “prueba y error” el saldo es siempre positivo, en lo que coincidió Girado. El CUI hoy tiene casi 1.000 alumnos internacionales en Argentina y enseña a alumnos y profesionales chinos que viene a capacitarse y a argentinos que quieren aprender el chino mandarín, además de su programa de español en China. El directivo citó algunos temas (visado, trámites de reválidas para títulos secundarios, más políticas estatales) que deberían mejorar para hacer de Argentina un mejor destino para estudiantes extranjeros.
Rodrigo Fernández, CEO de Exelsia y responsable de comercio exterior del laboratorio Garré Guevara, contó la incursión que están haciendo en el mercado chino al que asistieron por ejemplo el año pasado en el marco de una gira apoyada por el Conicet. Justamente Fernández resaltó la importancia del apoyo estatal en este tipo de actividades que requieren de ayuda logística y de “abrir puertas”, en especial en países como los orientales, “que valoran la presencia estatal”. El laboratorio llevó un producto terminado como es Ecohair, una loción y champú para combatir la alopecia, que afecta a 35% de la población china, lo cual es un gran desafío porque los chinos, dijo, “buscan producir ellos mismos productos terminados”, y son muy hábiles, como se sabe, para copiarlos.
Rodrigo Fernández
Enfatizó la necesidad de planificar rigurosamente los viajes, contar con un buen servicio de intérprete y calibrar bien algunas barreras como las regulaciones, la cuestión cultural y el valor del tiempo “Estamos en pleno proceso de negociaciones pero sabemos que lleva tiempo, paciencia y que es un mercado muy potencial que vale la pena explorar”, señaló.
Si bien no pudo estar presente como se había previsto, se tomó el caso de Food Arts, que exporta calamar y langostino a China y se creó cuando el gobierno nacional acordó con empresas importadoras (en su caso, importa partes de computadoras para Banghó, como PC Arts) que debían compensar las divisas a través de exportaciones. Sí, se asociaron a una firma pesquera europea y comenzaron a incursionar en Asia, y sobre todo en la feria de Dalian en China, con mucho éxito hasta ahora.
Pablo Furnari, director del programa Primera Exportación de la Fundación Gas Natural Fenosa, que ya lleva 13 años, indicó que en tanto tiempo esta es sólo la segunda vez que se organiza una reunión para un mercado específico como el asiático y chino, por la relevancia del caso, y convocó a las Pymes a asesorarse gratuitamente con la Fundación para encarar ese mercado. La Fundación también da becas para estudios en Barcelona a quienes quieran capacitarse en comercio exterior.
Aquí, la cobertura de Canal 7
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