Franco Macri cuenta su pasión por China
En Charla con mis nietos, libro de reciente aparición, el empresario Franco Macri cuenta su relación con China, país con el cual desde hace años viene realizando negocios y donde es Consejero para Inversiones en Latinoamérica de la Asociación para la Promoción y el Desarrollo Industrial de la Republica China. Macri habla de su pasión por que Argentina acepte reconstruir el ferrocarril Belgrano Cargas bajo la dirección china, del mandato que le pidió el ex presidente Néstor Kirchner (”Quiero que trates de recomponer las relaciones comerciales entre Argentina y China”, le dijo en una entrevista que gestionó –una curiosidad- el embajador de España) y de otros negocios hechos o actualmente en marcha en materia de energía nuclear, saneamiento del Riachuelo o telefonía celular. Con inversiones chinas, dice, se podría “ampliar el mercado externo, continuar con el ritmo de crecimiento económico sostenible que se ha ido logrando desde 2003 y se podrían encarar soluciones de fondo a problemas que llevan muchas décadas”.
Macri recuerda sus primeros viajes, su interés de joven por El libro de las Maravillas sobre el viaje de Marco Polo a China y cómo en 1988 decidió volcar sus esfuerzos empresarios a la relación con el país oriental, en un primer contrato para fabricar piezas para excavación de petróleo con el CITIC Group, lo que fue consolidando sobre todo a partir de 2000 cuando fundó el Macri Group con oficinas en Beijing y que hizo que hasta el año pasado, seis meses de cada año Franco Macri viviera en la capital china.
Allí formó la empresa Shima junto con la Sanhe Hopefull Grain and Oil, fue designado Consejero para Inversiones en Latinoamérica, ha tenido contacto con numerosos altos funcionarios de la República Popular, fue nombrado ciudadano ilustre por la provincia de Xi’an y es miembro de la Asociación China para la Amistad con Países Extranjeros.
El libro, en formato de charla con sus nietos y editado por Planeta, habla también de aspectos culturales y del protocolo chino que debe seguirse para los negocios y las relaciones en general.
Al referirse a las inversiones en subtes y ferrocarriles critica la labor del ex secretario de Transporte argentino Ricardo Jaime pese al mandato de Kirchner, quien, visionario en 2004, le pidió a Macri involucrarse en el tema porque si no “en cinco años vamos a tener una crisis total”. Macri recuerda los primeros contratos sobre coches subterráneos con la CITIC (los primeros en una década con China) y plantea que seguirá insistiendo, pese las idas y vueltas y pese a convenios firmados en 2010 entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y Hu Jintao, con su gran esperanza de que el Ferrocarril Belgrano Cargas sea comprado y financiada su reconstrucción por los chinos en un negocio con su firma Shina, en la que es socio del empresario Shi Kerong. “Incluye la contratación de empresas argentinas bajo la dirección, control, provisiones y financiamiento de la RPCh que no puede garantizar y financiar el Belgrano Cargas si no asume la responsabilidad de las obras civiles”, dice Macri. Esa decisión estratégica –sobre el ramal clave para la carga agropecuaria nacional- volvería a la Argentina a ser “un país moderno”.
Sus negocios con Chery automóviles o incursiones más recientes en Dubai, Brasil, EE.UU., Paraguay y Uruguay también figuran en el libro, así como un resumen de toda su vida empresaria. Y de Argentina, destacan las negociaciones hechas con CHEC (empresa que hizo el saneamiento del Río Perla de Shanghai) para el Riachuelo-Matanza; con la CNNC para construir la cuarta central nuclear argentina y la Datang Mobile Com para ingresar al mercado argentino y latinoamericano de telefonía celular, todas aún pendientes. Optimista y rotundamente convencido de la necesidad de asociarse a China, plantea entre otras advertencias: “Las decisiones poco fundamentadas desconciertan la modalidad china y complican las relaciones comerciales entre el país asiático y Latinoamérica”.
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