Krugman: Brasil puede sufrir por China

20 marzo, 2014

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Aunque el Nobel de Economía elogió la actual estabilidad brasileña y su política fiscal “responsable”, advirtió los riesgos que comporta ser una economía de commodites. Afirmó que “China está muy cerca de una crisis y Brasil, a pesar de todo su progreso, es una economía exportadora de commodities que corresponden a dos tercios del PBI, lo que significa que sufrirá un shock con la crisis de China”. 


Inversores y analistas internacionales están reevaluando a Brasil pero el país no está al borde del abismo”, afirmó el economista estadounidense y ganador del premio Nobel en 2008, Paul Krugman, durante un evento ayer en San Pablo.

Para Krugman, Brasil hoy tiene más estabilidad, una inflación bajo control y una política fiscal más responsable, y apartó la perspectiva de colapso que lo acompañaba en el pasado cuando lo alcanzaban grandes crisis internacionales.

“Claro que existen algunos contratiempos, pero (antes) siempre que había un problema en Estados Unidos se amplificaba en América latina. Esta vez no”, dijo.

Sin embargo, estimó que lo que genera recelos en el país existe y se llama China, muy cerca de una crisis que puede alcanzar a Brasil.

El desplome del real en el auge de la crisis, afirmó el economista correspondió a un momento de pánico cuando todos corrieron a los títulos estadounidenses, en lo que llamó “período del miedo”. Según Krugman, las personas terminaron comprando una historia de Brasil que, en el fondo, era mucho mejor de lo que sucedía, lo que llevó a un flujo reverso.

“Los mercados temporariamente se enamoran de un grupo de países y después se desenamoran”, señaló el también profesor de la Universidad de Princeton, como la propia América latina a finales de los años 70, o México en el inicio de los años 90 y ahora nuevamente. Siempre que eso sucedió, tuvimos un momento ‘coyote’”, en referencia al personaje del dibujo animado que llega cerca del abismo, pero no se sabe si se va a caer.

La buena noticia es que, en la última crisis, las cosas no se acercaron al abismo en los países en desarrollo, que fueron más resistentes que en el pasado. Según Krugman, se produjo una gran devaluación del real pero no hubo un colapso.

“Brasil no es vulnerable hace algún tiempo”, sostuvo. La deuda externa, recordó, no es ni de cerca algo importante como fue en el pasado, cuando los países en desarrollo no podían tomar préstamos en sus propias monedas, lo que los tornaba sensibles a los movimientos cambiarios.

Una excepción en ese sentido es el mercado brasileño de deuda corporativa en moneda extranjera, según Krugman. Las empresas brasileñas tomaron muchos préstamos en títulos extranjeros, alrededor de u$s 300.000 millones, nivel que no llega a ser preocupante, pero llama la atención.

Sin embargo, la señal de alerta llega de la economía china, sobre la cual pesa la incertidumbre incluso en torno a si los números son confiables. Según el Nobel, China tiene una economía muy desequilibrada, con inversiones altas, que corresponden a 50% del Producto Bruto Interno (PBI), mientras el consumo de las familias llega a 30% del PBI y el consumo del gobierno está en ese nivel. Pero ese mix no tiene más capacidad de continuar sosteniendo las fuertes tasas de crecimiento de la economía china, que no se mantendrán tan altas.

“China precisa cambiar. Invertir esa parte que hoy es de 50% de inversiones y 30% de consumo”, afirmó, lo que parece que no ocurre aún.

Para Krugman, la deuda doméstica en China es importante, lo que preocupa. “¿Qué pasará cuando se frene? No estoy seguro, pero creo que China está muy cerca de una crisis”, afirmó. “Y Brasil, agregó, a pesar de todo su progreso, es una economía exportadora de commodities que corresponden a dos tercios del PBI, lo que significa que sufrirá un shock con la crisis de China”.

“Estoy preocupado con ese shock. No estamos hablando de catástrofe, pero de algo que puede manejarse y, al mismo tiempo, debe influir en Brasil”, sostuvo.

La nota en 

El Cronista

 

 

Categorías: Economía Negocios

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