Cinco problemas
La edición de hoy de El Cronista Comercial incluye la nota “¿Qué le pasa a China? Cinco problemas del gigante asiático”, en la que se analizan “síntomas preocupantes” de la segunda economía del mundo. “La economía China crecerá cerca de un 7,5% este año, según aseguran las autoridades. Un nivel parecido al que marcó en 2013. A pesar de los últimos datos de comercio exterior (en febrero las exportaciones se hundieron un 18%), Beijing confía en alcanzar tasas similares a las del PBI durante este ejercicio en sus ventas al extranjero”.
1 COBRE: Los inversores se han mostrado en los últimos días especialmente desconfiados ante el precio del cobre. La cotización de este metal (cuyo mayor consumidor mundial es China y se usa en el país como garantía para los préstamos) se dejó la semana pasada en solo dos días el 10% de su valor y suma una caída del 35% en tres años. Aparte de una herramienta de financiación muy relevante, supone un indicador de la actividad futura del país. Una caída continuada del precio de este metal podría acarrear preocupaciones mayores sobre el sistema financiero chino.
2 YUAN: Por un lado, el banco central chino ha dejado claro recientemente que la evolución del yuan puede ser al alza pero también a la baja, lo que ha depreciado la moneda del país (a principio de año se cambiaba a 0,65 dólares y ahora ronda los 0,61).
3 DEFAULT: Por otro lado, cayó en “default” un fabricante de paneles solares, algo inédito en China, que puede suponer la primera suspensión de este tipo de una lista más larga.
Miguel Otero-Iglesias, investigador principal de Economía de Europa y Mercados Emergentes del Real Instituto Elcano, asegura que habrá más. “La gente en los mercados lo está diciendo, los reguladores lo están avisando. Es un secreto a voces. Forma parte de la estrategia de crear unos tipos de interés en el sistema financiero en la sombra que tengan en cuenta el riesgo de impago”.
4 MODELO DE CRECIMIENTO: Desde un punto de vista más estructural, hay otros asuntos que preocupan a los analistas. El Banco Central Europeo subrayaba en su último informe mensual que “en China la desaceleración del crecimiento ha sido particularmente pronunciada desde 2012, dado que las limitaciones de su modelo de crecimiento -caracterizado por una fuerte dependencia de la acumulación de capital y la migración de trabajadores del sector rural a los sectores manufactureros urbanos- son cada vez más evidentes”.
5 SOBRECAPACIDAD Y ENDEUDAMIENTO: Para Juan Ignacio Crespo, analista financiero y autor del libro “Las dos próximas recesiones” (Deusto), hay dos asuntos especialmente preocupantes: “La sobrecapacidad de producción e infraestructuras y el elevado apalancamiento”. Según señala, la economía china está impulsada por la inversión (representa cerca del 38% del PBI), mientras que las desarrolladas suelen crecer gracias al consumo (que supone en torno al 60% de su PBI). Además, desde 2008 las compañías cotizadas en China han más que duplicado su nivel de deuda.
José Luis Martínez, estratega de Citi, destaca precisamente que existe “mucha desconfianza sobre los niveles de deuda de las administraciones locales y a nivel privado. Y hay mucha desconfianza sobre su banca, especialmente la de tamaño pequeño y medio”. También pone de relieve otros riesgos: “Internos, a través de la sobrevaloración de activos y externos por la sobredimensión de la economía en un contexto de baja renta per cápita”.
Efecto mariposa
Desde el punto de vista de Crespo, este rebrote en un país emergente puede ser un primer síntoma de una crisis más fuerte en los emergentes que está por llegar y que ya ha dado algunas sacudidas en junio pasado y en enero en otros países. “Podría anticipar un ‘miniLehman’ en China”.
Más allá de los efectos sobre el país asiático, hay otros daños colaterales. Martínez indica, por ejemplo, que China es uno de los grandes tenedores de deuda pública estadounidense. Miguel Otero-Iglesias destaca también que “una crisis económica en China afectaría gravemente a los países desarrollados sobre todo por el canal del comercio, la inversión, el sentimiento general de los mercados globales y por lo tanto el efecto dominó que una crisis en China pueda traer para los emergentes”. Y concluye: “Si hay una crisis en Argentina, Turquía o incluso Brasil, el mundo la puede absorber, China ya son palabras mayores”.
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