El último gran desafío para el vino argentino

13 marzo, 2014

vino argentino Argentina declara el vino bebida nacional y el mate infusión nacional

Juan Diego Wasilevsky, editor de Vinos & Bodegas de iProfesional, cuenta que “en la última década, el número de compañías que incursionaron en el gigante asiático se multiplicó por diez. La cantidad de marcas, en tanto, se incrementó 20 veces”. Afirmando el potencial del vino con sello nacional, sostiene que mirando a China “todavía queda un largo camino por recorrer”.


Demei Li, considerado el mejor winemaker de China, no es alguien contemplativo al lanzar juicios de valor. Más bien todo lo contrario.

“Esto es lo que ustedes saben de China: nada”, disparó ante un auditorio repleto de bodegueros, enólogos y responsables de comercio exterior que lo miraban con el entrecejo fruncido. Acto seguido, en una pantalla gigante del Hotel Alvear de Mendoza, se iluminó un mapa con fondo blanco del gigante asiático, sin divisiones políticas, ni nombres de ciudades, ni nada.

“Por más que sean el quinto productor mundial, la Argentina no es reconocido como país productor en China”, redobló la apuesta, para no dejar dudas que no había viajado miles de kilómetros desde el sudeste asiático hasta Mendoza para mimar a alguien.

La escena tuvo lugar días atrás en la capital de esa provincia, en el marco de la octava edición del ya consolidado concurso Argentina Wine Awards, organizado por Wines of Argentina (WOfA),el organismo responsable de la promoción del vino nacional en el exterior.

En dicho certamen, cada año, un jurado de figuras internacionales se dan cita en Mendoza para premiar los mejores ejemplares de exportación. Paralelamente, se analiza el presente y las perspectivas en los principales mercados del vino argentino en el mundo.

Y China, que se acaba de convertir en el principal país en cuanto a consumo, superando por primera vez a los Estados Unidos, este año ocupó un lugar relevante.

Las palabras de Li tienen algo de cierto: los envíos al gigante asiático nunca terminaron de explotar. En parte, por las diferencias culturales -el “clásico” argumento que muchos empresarios esgrimen a la hora de referirse a ese país-.

Pero también por la fuerte inversión que requiere el mero intento de poner un pie en un mercado de enormes dimensiones, que se ha vuelto altamente competitivo y cuyos consumidores todavía deben ser descifrados en cuanto a gustos y tendencias.

Sin embargo, pese al “sincericidio” por parte de este experto, no debe dejar de reconocerse el trabajo realizado hasta ahora por las bodegas locales, en gran medida fruto del empuje de WOfA, impulsando asociaciones estratégicas con escuelas de sommellerie de China, participando en ferias o consolidando la imagen de la marca “Vino Argentino”.

Parte de esos resultados, saltan a la vista: en la última década, el número de bodegas con negocios en el mercado chino se multiplicó por diez. En efecto: en la actualidad son 127 bodegas que exportan a ese país, frente a las 12 registradas en 2003.

En cuanto a la cantidad de marcas bajo las cuales se envía el vino embotellado, el salto fue más dramático: diez años atrás eran 27; hoy en día son 525, es decir, 20 veces más, tal como se puede observar en el siguiente cuadro:

En cuanto a las exportaciones totales, en 2013 se realizaron envíos por casi u$s19 millones, una cifra que es apenas una fracción de la facturación global de la industria, pero que sin dudas marca un fuerte crecimiento respecto de los menos de u$s300.000 registrados en 2003.

Desde WOfA brindaron a Vinos & Bodegas iProfesional un dato aun más alentador: en volúmenes, las exportaciones correspondientes al primer bimestre del año registraron un salto de casi 30% respecto del mismo período de 2013.

En este sentido, desde la entidad marcaron que, si bien es muy prematuro tomar esta tasa de variación como una tendencia, “sí demuestra que es probable que así ocurra”.

La actualidad del mercado chino

Durante su presentación, Li brindó algunos aspectos clave y que dejan a las claras que, más allá del crecimiento logrado hasta el momento, la Argentina todavía tiene un enorme potencialpara seguir incrementando su market share en ese país.

Al respecto, el experto marcó un dato no menor: en cuanto a participación en el total deimportaciones, las bodegas argentinas ocupan el puesto número 7, siendo superado por países productores del Viejo Mundo, así como por Chile y Australia.

“Sin embargo, en términos del precio por botella, la Argentina está muy cerca del nivel promedio de todo el vino importado y se encuentra muy por encima del que tiene Chile. Este es un muy buen signo para la Argentina. De hecho, los consumidores chinos están dispuestos apagar más por el vino argentino que por el chileno”, fue el diagnóstico de Li.

El enólogo profundizó su análisis respecto de las fortalezas de las bodegas locales: “Los ciudadanos chinos conocen a la Argentina por el fútbol, pero al hablar del país, piensan en lalimpieza del medioambiente, en la pureza de los alimentos. Y esta es la misma idea que tienen del vino: que es puro”, recalcó Li, quien igual machacó con el hecho de que todavía hay que realizar un fuerte trabajo para instalar en los compradores de ese mercado la idea de que la Argentina es un fuerte productor de vinos.

Menos historia, más imagen

A la hora de profundizar en algunas de las claves que deben tener en cuenta los bodegueros para fortalecer su presencia en ese país, Li destacó como un aspecto fundamental continuar haciendo mucho hincapié en el packaging.

“No todos pueden entender el idioma, pero sí la imagen y el color”, acotó el experto, quien igualmente les recomendó, de manera tajante: “Por favor, no hablen demasiado de la historia de la bodega o de la técnica, eso no es tan interesante todavía en el mercado de China”.

Acto seguido, recomendó enfocarse mucho más en el maridaje, algo por cierto no muy simple: “En un hotel 5 estrellas, es fácil. Pero cuando hablamos de una comida tradicional, ya no lo es tanto: una cena en China puede tener muchos platos diferentes y ser muy compleja”.

En este sentido, recomendó asesorarse, estudiar y no subestimar a los consumidores que, advirtió, “cada vez están sabiendo más sobre vino”.

 

Categorías: Economía Negocios

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