El gobierno chino abrió en Shanghai una zona de libre comercio, considerada como una prueba de cara a reformas financieras orientadas al mercado en la próxima década. El proyecto prevé una mayor apertura en los servicios, lo que permitirá la inversión extranjera y privada en 18 apartados del sector servicios, entre ellos el financiero, el comercio, la cultura y el transporte.

Pese a que la apertura comenzó estos días, todavía no se dio a conocer la reglamentación de la zona. Según medios estatales, podrían pasar semanas hasta que los inversores conozcan las normas que se aplicarán en ella.

Los cuatro mayores bancos comerciales de China ya pidieron permiso para operar en la zona.