Un I Ching para la mujer

23 mayo, 2013

Una nota en Clarín sostiene que “la cultura china fue y sigue siendo una de las más machistas del planeta y la desigualdad entre hombres y mujeres comienza antes del nacimiento”, lo que fundamenta la publicación de una versión para mujeres.

Marisa Cortez cita las explicaciones del autor, Gustavo Andrés Rocco y explica que “el ‘I Ching de la Mujer’ hace una interpretación completamente original de cada uno de los hexagramas, que no conservan sus nombres originales”.

 


I Ching para la mujer

 

Por Marisa Cortez

Un refrán chino dice “Más vale criar cisnes (como animales inútiles) que mujeres”. La cultura china fue y sigue siendo una de las más machistas del planeta y la desigualdad entre hombres y mujeres comienza antes del nacimiento. Por eso, al consultar el I Ching, puede saltar enseguida a la vista que no está escrito para ser políticamente correcto con las mujeres de hoy. De ahi el desafío de adaptarlo a la mujer, que resultó en un libro ya considerado entre las versiones más innovadoras y esclarecedoras de este oráculo universal: “El I Ching de la Mujer”.

“El texto del Yi Jing, que es muy antiguo y refleja los conceptos sociales de su época, pone la subordinación de la mujer en evidencia. Sin embargo, en una lectura más profunda, la figura de la mujer aparece en la anécdota, representando a la energía yin que, por naturaleza, se subordina al yang, que representa a lo masculino. Si bien se nombra a la mujer, en realidad se está hablando de las características yin”, explica el experto en I Ching y autor del I Ching de la Mujer, Gustavo Andrés Rocco.

El yin y el yang son las dos fuerzas básicas que regulan el universo, y si bien son contrarias no son antagónicas, por el contrario, se complementan. El yang se corresponde con lo proyectivo, lo fuerte, lo duro, lo luminoso, y el yin con lo receptivo, lo blando, lo débil, lo sombrío, etc. Al yin se lo asocia con lo femenino y al yang con lo masculino.

Para el autor, el I Ching nunca excluyó a lo femenino. “Los fundamentos más primitivos del I Ching -explica-  provienen posiblemente de la Prehistoria, cuando predominaba el arquetipo femenino de la divinidad y aún no se hablaba de Dios, sino de la diosa. Cuando la idea básica del I Ching fue ampliada y enriquecida con los textos del rey Wen y su hijo, de la dinastía Zhou, el sistema matriarcal ya había sido reemplazado por el patriarcal.”

Cómo es el libro

El I Ching de la Mujer hace una interpretación completamente original de cada uno de los hexagramas, que no conservan sus nombres originales.

Hay cuatro partes para cada signo: primero, una visión general basada en la esencia de los hexagramas, que ubica a la mujer en un contexto particular.

Luego, una sección denominada Las diferentes situaciones, que en las versiones tradicionales se conoce como Las Líneas, donde se hace referencia a lo que sucede particularmente en cada uno de los trazos de un hexagrama.

En estas diferentes situaciones puede haber advertencias, consejos o un panorama más detallado de algún punto clave de una cuestión. En tercer lugar, en lo que se denomina La trama, y sobre la base de las particularidades de las diferentes situaciones, se explica brevemente la historia original del signo.

Por último, hay un análisis de cómo interactúan en cada hexagrama los aspectos femeninos y masculinos de acuerdo con la relación de fuerzas que ejercen los trigramas y algunas líneas.

Con una ayudita de Jung

“En mayor o menor medida, en el yin siempre hay algo de yang y en el yang siempre algo de yin. Desde el punto de vista de los géneros, podemos decir que en el varón hay algo de femenino y en lo femenino algo de masculino. Esto lo comprendió muy bien Carl Jung cuando habló de anima y animus, la parte femenina en el hombre y viceversa.”

Justamente Rocco recurre a Jung para explicar que existe un lenguaje femenino, ya sea escrito por un hombre o una mujer; y que recurrió a él espontáneamente.

“Como diría Jung, es la parte femenina de uno la que se manifiesta y comunica. Osho, por ejemplo, tiene un lenguaje femenino aunque sus textos son producto de desgrabaciones de charlas. Yo definiría el lenguaje femenino como una expresión de mucha simpleza, no se caracteriza por lo profundo sino por su amplitud, lo que lo hace muy comprensible. En la perspectiva masculina con que el I Ching fue redactado en sus orígenes, hay una mujer interior, que es lo que tratamos de descubrir; pero con la intención de que la mujer también pueda reconocer en el I Ching al hombre interior que ella lleva.”

* La autora es periodista especializada en medicinas integrativas y terapeuta holística. marisafloresygemas@hotmail.com.

La nota en Clarín

Categorías: Cultura

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