País de puertas abiertas
¿Por qué la mayoría de los chinos que viene a vivir a Argentina abre un supermercado? La respuesta, simple, la dio José Huang al periodista Eduardo Anguita, de Radio Nacional. Un comercio así facilita las cosas cuando no se sabe muy bien el idioma y, por el modo de trabajar chino, permite una mejor competencia con los comercios con los cuales disputa a los clientes. El programa de Anguita, “En qué juego estamos”, que va los sábados a las 17 horas por la AM870 de la radio pública, fue dedicado en su última edición a los inmigrantes en Argentina. Estuvieron representantes de las colectividades china, nigeriana, boliviana y peruana, más el director Nacional de Migraciones. Huang, oriundo de la provincia de Jiangxi (sudeste de China, vecina a Fujian, de donde proviene la mayoría de inmigrantes a Argentina) vive en nuestro país desde 1994 y tiene un supermercado en el barrio porteño de Caballito.
José Huang se mostró muy feliz de vivir en Argentina. Llegó con su padre como turista en 1986 y le gustó el país. “Por eso, unos años después, me vine a vivir. Y vivo mejor que en China”, dijo. “Cuando visito a mi país y mi ciudad, que tiene 200 mil habitantes, veo a mis amigos y parientes y aunque algunos mejoraron, la mayoría vive peor que yo, fue una buena decisión la que tuve”.
Anguita la preguntó sobre por qué abrían supermercados. “Se necesita menos manejo del idioma, ésa es una causa; por ejemplo en un taller o una fábrica necesitaríamos hablar mejor el español. Otra razón es la costumbre para comerciar que tienen los chinos. Y además es más fácil competir. Si mi competidor abre diez horas, yo abro once. Si tiene un precio x, ¡yo lo pongo un peso menos!”.
Huang contó que no tuvo inconvenientes en obtener su DNI y que “el trámite es fácil si uno está legal y trabaja”.
Indicó que en Jiangxi estudió mecánica de autos y trabajó en fábricas, pero que aquí le gustó más y tiene “mejores condiciones de vida”. Llegó en 1994 con su hermano y su mamá. Cuando vino no sabía nada de español, pero a los dos años abrió su comercio.
También descartó que en China el gobierno o los bancos les den ayuda o créditos a los emigrantes. “Hicimos un gran sacrificio, y estamos muy agradecidos a la Argentina”, sostuvo.
Con Huang estuvieron un inmigrante nigeriano muy activo en su comunidad, de larga militancia en temas migratorios; una empleada doméstica peruana que vive aquí desde hace varios años y una administrativa de origen boliviano uno de cuyos hijos se graduó de economista en la UBA y el otro estudia Ingeniería en la misma Universidad. Todos ponderaron las condiciones de apertura a inmigrantes que tiene Argentina, y aunque Anguita les preguntó sobre discriminación y xenofobia, reconocieron haber tenido episodios pero en general se mostraron muy satisfechos, apenas, en un caso, con alguna crítica a las actuales restricciones para giro de divisas a sus familias.
También participó del excelente programa Martín Arias Duval, director Nacional de Migraciones del Ministerio del Interior que conduce Florencio Randazzo.
Anguita recordó la declaración de Independencia de 1816, que “se escribió en español, en quechua y en aymará”, y el Preámbulo de la Constitución nacional, sobre la generosidad para los inmigrantes. Arias Duval sostuvo que hoy ello se enmarca también en la política de derechos humanos del gobierno kirchnerista, “que impregna todas las políticas públicas, incluida la de inmigrantes. Las políticas de DNI y residencia legal amplían también esos derechos”, añadió. Para Anguita, él mismo casada con una inmigrante, “una Constitución debe latir. El Preámbulo, cuando habla de un país de puertas abiertas, debe ser algo vivo”.
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