Lujo y turismo, otros nichos para nuestras Pymes
Mercedes Giuffre, directora del Centro de Estudios y Negocios con China y Corea (CENCCHI) de la Universidad Nacional de Mar del Plata, escribe en exclusiva para Dang Dai sobre el auge de la clase media china (68% de su población urbana), los nuevos ricos y su creciente demanda de artículos y servicios de lujo, entre ellos el turismo. Nichos y oportunidades, plantea, para que pueden explorar empresas de Argentina, en especial Pymes, para entrar en el gigante mercado asiático ofreciendo por ejemplo servicios de turismo, hotelería y gastronomía, así como “todo aquello donde Argentina se destaca: en el diseño y excelente calidad de productos como marroquinería de cuero, joyas de autor, textiles con diseño y valor agregado, prendas de alpaca, software, vinos, delicatessen, know how y servicios de todo tipo, desde consultorías en traducciones a servicios de estética, así como asesorías varias sobre comercio exterior y Mercosur”. En Leer más, la primera parte del artículo.
Por Mercedes Susana Giuffre (*)
Durante recientes encuentros, la pregunta más frecuente que me hacen es: ¿Qué puede exportar una Pyme a China? Sucede que muchas de estas empresas pequeñas se autodescalifican para iniciar contactos comerciales con China. Esto es un error. Considero que Pymes, minipymes y establecimientos comerciales pequeños pueden encontrar su nicho de exportación, teniendo en cuenta las características de
Este poder adquisitivo de los chinos en el extranjero, indica que China se convirtió en ávido consumidor, inserto dentro de la “Nueva Clase Media Mundial (NCMM)”, clase compuesta por graduados universitarios y empresarios, dentro de la cual se encuentra el grupo de la NCMCh., cuya edad oscila entre 26 y 45 años, con ingresos que van de 9.000 a 70.000 dólares anuales y más. Surgieron hace 15 años, con las reformas de Deng Xiao Ping. Son alrededor de 300 millones, un 25% del total de la población de China.
De acuerdo a Helen Wang, investigadora en CMCh, a finales de 2011 la población urbana de China alcanzó 691 millones, de quienes eran de clase media 474 millones. De ellos, 88 millones viven en mega ciudades y 386 millones en ciudades más pequeñas. Esto significa que la clase media es el 68% de la población urbana. Asumiendo que el 2% son súper ricos, todavía en China cerca del 30% de las personas en zonas urbanas son pobres.
Si consideramos que para ser considerado de CM en China se requieren ingresos de alrededor de 9.000 dólares anuales, el país podría tener alrededor de 600 millones de miembros de la clase media para 2015. El China State Information Center (1), por el contrario, insiste en que aquellos que ganan 50,000 yuan (6.227 dólares) por año, ya pertenecen a la CM, y calculan que un 25% de la población califica como CM en 2011.
En el campo de los súper ricos, China incrementó específicamente en 2011 el número de millonarios, que ahora son 562.400 (2), y en aumento, a pesar de la ralentización de la economía, o sea un incremento del 5.2% sobre 2010. Durante el año 2010 el incremento se ubicó en el 12%, en base al mercado inmobiliario y al financiero.
La estrategia para desarrollar la clase media que ha empleado el gobierno chino consiste en una redistribución de los activos públicos, especialmente de la vivienda, sobre la base de las estructuras de interés que existían durante los años de socialismo planificado, de una manera que ha favorecido en gran medida los sectores de la sociedad urbana con fuertes lazos con el estado y al empleo público. El legado social de la distribución tradicional de bienestar y del patrimonio de vivienda ha puesto a las personas con habilidades dentro del Estado, en posición de obtener más ingresos y de beneficiarse de una adquisición relativamente barata de recursos humanos valiosos, o sea de conformar Capital Social (Putnam, Enríquez).
Aquella China de sueldos misérrimos ya no existe. Las inversiones financieras en inmobiliarias han creado millones de súper ricos que, a medida que ascienden económicamente, incrementan su búsqueda de objetos suntuarios de excelencia.
Los chinos gastan en bienes de lujo extranjeros como expresión de su estilo personal. Sus razones: para mostrar status, especialmente en mujeres de Shanghai o Hangzhou, que consideran que consumir marcas europeas les permite llegar a esferas más altas de la sociedad y mejorar su apariencia física y piensan que el consumo de lujo garantiza la calidad del producto y ayuda a cultivar una imagen personal “madura”, “profesional” y “de confianza”.
¿Qué consumen?: Alhajas de oro, relojes y ropa de primerísimas marcas, perfumes y cosméticos, productos para aclarar la piel, viajes por todo el mundo y, recientemente, se advierte su presencia compradora en el mercado internacional del arte, Sotheby’s o Christies.
En los autos el preferido es el Audi, luego el Mercedes Benz, aunque es considerado un auto para personas de la tercera edad, y luego el BMW, con ciertas dudas pues a esta marca se la asocia con dinero vinculado a la corrupción.
Argentina, paralelamente con commodities, debería tener un comportamiento proactivo tanto para exportar productos de lujo nacionales a China, como para recibir chinos en nuestro país. Para ello Argentina puede ofrecer: prestaciones vinculadas al turismo, hotelería y gastronomía de acuerdo a los gustos orientales, teniendo en cuenta siempre que las playas no les interesan demasiado porque no desean tener la piel tostada; “Las entradas (de chinos) al país vienen aumentado año tras año. Según datos del Ministerio de Turismo de la Nación, en 2011, llegaron 21.800 turistas chinos, 15,4% más que en 2010. Y hasta abril pasado, último mes medido estadísticamente, vinieron 8.800, es decir, 18,5% más que en el mismo período del año anterior. Desde el Ministerio de Turismo porteño añaden más cifras asombrosas: según sus registros, en mayo último llegaron a Buenos Aires 2295 chinos, lo que representa un incremento del 36,6% respecto de mayo de 2011. Se espera que en los próximos años la cifra de chinos en el país llegue a 100.000” (3).
Y ofrecer sobre todo aquello donde Argentina se destaca: en el diseño y excelente calidad de productos como marroquinería de cuero, joyas de autor, textiles con diseño y valor agregado, prendas de alpaca, software, vinos, delicatessen, know how y servicios de todo tipo, desde consultorías en traducciones a servicios de estética, así como asesorías varias sobre comercio exterior y Mercosur; todos elementos que el país se encuentra en condiciones de ofrecer inmediatamente y donde Argentina mantiene un nivel de excelencia.
La clave está en encontrar ese nicho de mercado específico y a eso agregarle ingredientes como paciencia, perseverancia, buen asesoramiento con expertos y presencia constante en China.
(Próximamente se publicará la 2a.Nota sobre el tema).
Notas
1 http://www.sic.gov.cn/web/SearchNews.asp
2 Jing Daily, Julio 2012
3 http://www.lanacion.com.ar/1482785-la-argentina-disfruta-una-invasion-china
(*) Directora del CENCCHI: Centro de Estudios y Negocios con China y Corea, Universidad Nacional de Mar del Plata. Correo electrónico: mgiuffre@mdp.edu.ar
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