El padre del Pinyin

24 abril, 2013

Ni el método “Wade-Giles” de finales del siglo XIX, el sistema “Yale”, creado en 1943, ni el Zhuyin (también conocido como Bopomofo por sus cuatro primeras letras), ni el sistema Gwoyeu Romatzyh fueron exitosos en su intento de poner en el alfabeto latino el lenguaje chino. Fernando García-Quismondo cuenta en Chinoesfera cómo Zhou Youguang fue encargado en 1955 de liderar un comité para la creación de un standard de romanización del idioma chino, y así nació el Pinyin.


 

El “padre” del Pinyin: Zhou Youguang

Por Fernando García-Quismondo

El intento por parte de los extranjeros de aprender el idioma chino supuso en el pasado la aparición de diversos métodos para “transcribir” a un alfabeto latino aquellos intrincados a la vez que hermosos y fascinantes caracteres. Uno de los métodos más antiguos (aunque no el primero, pero sí el más conocido) había sido el “Wade-Giles”, creado por dos diplomáticos británicos a finales del siglo XIX, o el sistema “Yale”, creado en 1943 para ayudar a los militares americanos a comunicarse con sus aliados chinos.

Aparte de estos métodos creados por extranjeros, los chinos también habían intentado definir su propio “alfabeto fonético”, el Zhuyin (también conocido como Bopomofo por sus cuatro primeras letras), o el sistema Gwoyeu Romatzyh, que demostró ser tan complicado que muy pocos lograron dominarlo.

Todo esto cambió a mediados del siglo XX, cuando en 1955 un hombre fue encargado de liderar un comité para la creación de un standard de romanización del idioma chino. Ese hombre, desconocido para muchos estudiantes del idioma, es Zhou Youguang, y el método de transcripción o romanización que creó es el que hoy día conocemos todos los estudiantes de chino: el Pinyin.

El artículo de hoy no pretende profundizar en las características del Pinyin sino tan sólo servir como homenaje hacia quien fue responsable de su creación, un fascinante personaje que aún vive y que tiene el indiscutible honor de poder ser considerado “el padre del Hanyu Pinyin”.

 

EL PERSONAJE

Para empezar, es importante indicar algo que no todo el mundo sabe: Zhou Youguang (en chino ???/Zh?u Y?ugu?ng) es realmente el ?/hào/”seudónimo” de Zhou Yaoping (en chino ???/Zh?u Yàopíng). Aquellos de nuestros seguidores que leyeron el artículo que publicamos hace algunas semanas respecto a los distintos nombres que puede adquirir un hombre a lo largo de su vida recordarán que el “seudónimo” o ?/hào sigue siendo utilizado en nuestros tiempos, aunque otros “nombres” hayan caído en el desuso.

Nacido el 13 de Enero de 1906, Zhou Youguang tiene actualmente (abril de 2013) la avanzada edad de 107 años, lo cual no es impedimento alguno para que siga escribiendo con regularidad libros y artículos desde su modesto apartamento en Beijing, muy satisfecho de comprobar cómo el uso del Pinyin se está extendiendo cada vez más, sobre todo en los tiempos actuales en los que se usa de manera habitual para enviar mensajes de texto a través de los celulares o para escribir en la computadora por medio de algún IME (Input Method Editor). Todo ello hace que sonría abiertamente y con orgullo cuando se lo comentan, aunque es importante hacer notar que la modestia de Zhou Youguang es, como la de la mayoría de chinos, abrumadora, y a pesar de su incuestionable valía y aportación sigue a sus más de cien años hablando con humildad de su vida, de su obra y sus anécdotas. Por poner un ejemplo, reconoce que visitó a Einstein un par de veces pero, como él mismo explica, “como yo no entendía nada de Física o Relatividad, simplemente charlabamos sobre asuntos del día a día”.

Aparte de Einstein, Zhou conoció obviamente a los grandes nombres de la historia china de las últimas décadas: Mao Zedong, Zhou Enlai, Deng Xiaoping, etc., pero cuando le recuerdan su papel y le ensalzan y alaban como “padre del Pinyin”, se limita a responder “No. No soy el padre del Pinyin, soy el hijo del Pinyin. [El Pinyin] es el resultado de una larga tradición nacida en los últimos años de la dinastía Qing y que llega hasta hoy. Lo único que hicimos fue reestudiar el problema y revisitarlo para hacerlo más perfecto…”

De acuerdo a todos aquellos periodistas que le han entrevistado en los últimos años, oir hablar a Zhou Youguang a sus más de 100 años, tan lúcido como siempre, viendo reflejarse la inteligencia en su mirada mientras narra el transcurso de su fascinante vida, hace darse cuenta a cualquiera de que se trata de un hombre que sencillamente ama la vida. Como él mismo dice, “me retiré del trabajo a tiempo completo cuando tenía 85 años (y con más de treinta libros publicados), pero… sigo trabajando”.

 

LA TAREA

Zhou se vio inmerso en la tarea que le ha convertido en lo que es por pura casualidad. Había estudiado Ciencias Económicas en Shanghai en la década de los 20, y aunque se había formado también en lingüistica, lo había hecho de manera tangencial, casi como un hobby. En 1949, cuando el Partido Comunista tomó el poder, Zhou tenía 49 años y trabajaba debido a su formación como especialista en economía y banca entre Nueva York y Londres. Zhou decidió volver al país, ilusionado como tantos otros expatriados ante las oportunidades que podrían darse para alguien de su perfil. Sin embargo, su conocimiento sobre economía no fueron nunca valorados ni requeridos, más allá de un puesto modesto como profesor en la universidad; a pesar de ello sus conocimientos sobre lingüistica hicieron que en 1955 el gobierno le pidiese encabezar uno de los comités a cargo de la renovación del idioma. ¿Los motivos de esta inesperada petición? Zhou había escrito recientemente un libro relativo al uso del alfabeto, y parece ser que el propio Mao lo había leído ya que una de sus secretarias había visitado a Zhou para solicitarle una copia del mismo.

Como indicábamos, el de Zhou no era el único comité creado. Desde 1954 el Ministerio chino de Educación había formado otros equipos para el establecimiento del mandarín como idioma nacional y para la reforma del lenguaje escrito (cuya tarea principal era la simplificación de los caracteres hanzi, de la que hablaremos en otro artículo futuro). El comité que encabezó Zhou quedó a cargo de desarrollar un sistema de romanización para representar la pronunciación de los caracteres chinos, una tarea que -de acuerdo al propio Zhou Youguang- llevó cerca de tres años de duro trabajo a tiempo completo para un equipo de 20 personas. Según él mismo ha narrado en alguna entrevista, uno de los factores que ha hecho del Pinyin un éxito fue que su equipo le apoyó (tras algunas dudas iniciales) en el uso del alfabeto occidental para la transcripción, ya que entendieron que el Pinyin no sólo iba a convertirse en un método de aprendizaje del mandarín en las escuelas chinas, sino un puente entre culturas con el resto del mundo, permitiendo a los extranjeros aprender más fácilmente el idioma.

El resultado, la primera edición de “Hanyu Pinyin”, fue aprobada y adoptada en la quinta sesión del Primer Congreso Nacional del Pueblo el 11 de Febrero de 1958, y a partir de entonces fue introducido en las escuelas primarias como método de aprendizaje en la pronunciación del chino standard (mandarín) y como ayuda para mejorar la lucha contra el analfabetismo entre los adultos.

Su participación en esta tarea salvó a Zhou Youguang de las persecuciones que se produjeron pocos años después contra los que Mao definió como “intelectuales derechistas”, entre los que podía haber sido encuadrado por su formación y gran experiencia como economista (ya decíamos anteriormente que en la época en la que se formó el comité trabajaba como profesor de economía en Shanghai). La importantísima labor de Zhou en el desarrollo del Pinyin supuso que para las autoridades fuese considerado principalmente un experto dedicado exclusivamente al lenguaje y la escritura, lo que le permitió vivir tranquilamente aquel periodo. Sin embargo, ni siquiera este reconocimiento le salvó de sufrir durante la época de la Revolución Cultural a finales de los sesenta de un proceso de “re-educación” como el aplicado a tantos otros intelectuales de su tiempo, que le condujo a pasar dos años en un campo de trabajo en una zona rural.

Años después de aquello Zhou Youguang, ya con más de 74 años, se convirtió nuevamente en un referente en el país cuando en los años 80 trabajó con Liu Zunqi and Chien Wei-zang en la traducción al chino de la Enciclopedia Británica, una colosal tarea por la que también se le conoce hoy como “Enciclopedia Zhou” (en chino ???/b?ik? Zh?u).

 

RECONOCIMIENTO Y FUTURO DEL PINYIN

Volviendo al Pinyin, los resultados del trabajo de Zhou Youguang y su comité han cumplido claramente su objetivo: En 50 años (y aunque las cifras son discutibles, como toda estadística), el analfabetismo en china ha descendido del 80% al 10%, y esto ha sido gracias a tres elementos clave: el establecimiento de la educación universal en todo el país, el uso de los caracteres simplificados, y… el uso del Pinyin.

El Pinyin no sólo ha ayudado a los estudiantes extranjeros a aprender el idioma, sino a la propia divulgación del mandarín como lengua oficial de China. El propio Zhou Youguang comenta a menudo a título de ejemplo que mucho antes de la estandarización del mandarín como lengua oficial en varias ocasiones se había visto obligado a hablar inglés con compatriotas chinos que hablaban otros dialectos como el cantones o el hokkien, ya que no tenían modo de comunicarse entre ellos.

Desde su creación en la década de los 50 y su adopción por el gobierno chino, el método Pinyin ha tenido a lo largo de las últimas décadas varias revisiones, y su uso extensivo en los años setenta y principios de los ochenta por las editoriales occidentales hizo que tanto las Naciones Unidas como la ISO (Organización Internacional de Estandarización) otorgasen finalmente al Pinyin en esa década de los 80 el título de “sistema standard para la fonética china”, un reconocimiento que también ha obtenido el respaldo de otras organizaciones.

Pero, ¿cuál será el futuro del Pinyin? ¿Reemplazará algún día a la escritura con caracteres? Es dificil de predecir, aunque cuando preguntan a Zhou Youguang en alguna entrevista sobre este asunto, sonríe burlón y responde “Sí… quizá dentro de mil años”. Para él, el Pinyin nunca ha tenido como objetivo reemplazar a los hanzi, sino ser una ayuda para su aprendizaje. Los caracteres chinos tienen una tradición de miles de años, y en su opinión seguirán usándose aún durante algunos siglos, ya que son parte esencial de lo que es la cultura China.

Quizá no sepamos ninguno cuál será el futuro del Pinyin, pero lo está claro es que su autor Zhou Youguang no descansa a pesar de su edad. En 2011 publicó el que (hasta ahora) es su último libro, que está dedicado a Confucio, una de sus pasiones y de quien habla siempre con admiración ya que, según sus palabras, “Confucio es tan relevante hoy día como lo fue en el pasado, debido su postura contra la violencia, contra el asesinato, contra lo que hoy llamaríamos ‘capitalismo’ o ‘comunismo’ y contra la persecución religiosa”. Este último libro publicado por nuestro “joven anciano” tiene como título ????/Zh?o wén dào jí y está basado en una de las citas de Confucio: “Aquel que reconoce la verdad en la mañana puede morir sin remordimientos en la tarde”.

Indudablemente, la labor que ha hecho Zhou Youguang a lo largo de su vida le permitirá cumplir con tan sabia máxima cuando llegue el momento, ya que su labor será reconocida en el futuro como un hito fundamental en la divulgación del idioma chino tanto dentro de China como a través de todo el mundo. Una labor por la que todos aquellos que estudiamos chino nos sentiremos siempre agradecidos…

La nota en Chinoesfera

Categorías: Cultura

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