Lhasa, la capital.

Mariana Lafont cuenta en Página/12 un viaje a Tíbet, el llamado “techo del mundo”. Desde Beijing, un viaje en el Qingzang, el tren más alto del planeta planificado ya en la década de 1950, una proeza ferroviaria que tiene más de 960 kilómetros de vías por encima de los 4.000 metros y 550 kilómetros de rieles sobre hielo eterno. En la travesía, Qinghai se muestra como una de las regiones más remotas, con espectaculares desiertos y reservas naturales. Y finalmente Lhasa, la capital, emplazada en el valle del río Brahmaputra, rodeada por picos del Himalaya de más de 5.000 metros y ubicada a 3.650 metros, lo cual la convierte en la ciudad más alta de Asia.

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