Álvarez: “Vivimos un cambio epocal”.

La Untref realizó esta mañana un seminario para inaugurar formalmente (abrió en marzo) su Especialización en Economía y Negocios con Asia del Pacífico e India e invitó a exponer a Carlos “Chacho” Álvarez, titular de la ALADI. En su conferencia, Álvarez se refirió al curso de “una gran y obvia transformación epocal”, en la cual Asia Pacífica con China al frente y América Latina “cobran un nuevo protagonismo”. Sin embargo, advirtió que la relación que tejen es asimétrica. Carlos Moneta, director de la Especialización; Sergio Cesarín, coordinador, y Agustín Colombo Sierra, director de Relaciones Internacionales de la Untref, también se refirieron al tema. Para Moneta, el Mercosur sigue muy atrasado respecto a la potencialidad de una mejor relación con Oriente.

Álvarez matizó esa comparación con el hecho que las democracias latinoamericanas tienen naturalmente más dificultad en centralizar decisiones, como puede hacer el régimen chino. Y ponderó el momento latinoamericano pese a las limitaciones que señaló.

Fue al hablar ante un nutrido público en la sede de la Ciudad de Buenos Aires de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, que abrió su segundo año de Especialización en Asia, y durante un acto en el cual Moneta llamó a no mirar solamente lo que pasa en China sino en todo el entramado de negocios que se urde en Asia Pacífico. “China es nuestro segundo socio comercial, sin embargo en Argentina hay un solo (uno y medio, uno está en mitad de su carrera) experto en derecho comercial chino. Hay mucho para hacer”, ejemplificó para advertir sobre la necesidad de formar muchos más cuadros técnicos que acompañen este proceso.

Chacho, por su parte, expresó: “Es quizá nuestra primera vez en no ser considerados mera periferia. Latinoamérica y Asia contribuyen mucho al crecimiento mundial, sin ellas la crisis actual sería mucho más profunda. Debemos aprovechar este momento”, dijo. Pero reclamó más “decisión política” para que la región tenga un peso más relevante. “Que los procesos de integración y unidad superen o trasciendan nuestras particularidades”, dijo, para luego criticar decisiones que se toman en lo más alto del poder (citó a Lula Da Silva, al fallecido Hugo Chávez y a otros líderes) y luego las burocracias las aletargan o las cajonean”.

Para Chacho, este nuevo orden es un “gran disparador y pluraliza nuestras oportunidades, tenemos ventajas de ser complementarios con Asia Pacífico, y por estar ambos espacios en el Sur, la misma mirada sobre los problemas de gobernanza global”.

Empero, alertó que la complementariedad crea también desafíos. “No podemos ser otra vez centro-periferia, considerando que China ya es parte del centro. Pero el problema lo tenemos nosotros, la dirigencia latinoamericana. El problema no es China. Debemos resolver nuestra propia integración y con Asia ir más allá de materias primas versus manufacturas hacia relaciones más complejas en industria, cadenas y procesos productivos, etc.”

Reconoció que en los ’80 y los ’90 la dirigencia del Mercosur se “distrajo” con el proceso de unidad europea, con sus criterios de supranacionalidad, que derivaron “en esta crisis del euro, con la troika Alemania, FMI y Banco Central Europeo con un claro rol hegemónico sobre el resto. Menos mal que no imitamos tanto”, ironizó. Y lamentó haber dejado de lado, en aquellos años, el análisis de los procesos de integración en Asia, por ejemplo en los diez países del ASEAN más Corea del Sur, Japón y China (tres países de los más grandes de esa región que negocian en estos días un acuerdo comercial). “Cuidado porque el ASEAN son países que pueden competir con nuestra oferta en China, por ejemplo”, afirmó.

Alentó por eso más rapidez en la integración sudamericana, “lenta, con mucho papelería y organizaciones que se superponen”, y en todo caso llamó a acelerar a escala subregiones o Mercosur acuerdos con China o con los países del ASEAN, “quizá más en nuestras escalas, más accesibles”. También alertó que los países del área andina están más activos en la materia y que en el Mercosur países como Brasil, si no gobernara el PT, más comprometido con la región, “quizá se cortarían solos” para hacer acuerdos extra región, o el hecho de que Paraguay ya sin Fernando Lugo es más pro-estadounidense o que Uruguay, “si Argentina y Brasil no le abren más sus mercados, obviamente reclama permiso para negociar con otros mercados externos”.